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ROMA - REAL MADRID

San Giovanni, cuna de Totti, prepara el adiós de su ídolo

“Cuando se retire será un funeral, algo tristísimo”, dicen allí. “Era un niño rubio y menudo que siempre andaba tras un balón”.

Todos quieren ser Totti. Los más pequeños del primer club de Totti posan con fotografías del crack, que se forjó en este campo de tierra.
Todos quieren ser Totti. Los más pequeños del primer club de Totti posan con fotografías del crack, que se forjó en este campo de tierra. J. A. Orihuela
AStv

Tras 23 años en el Roma, Totti no es sólo un ‘jugador bandera’, como dicen en Italia, es el gran ídolo romano. Y sigue siéndolo aunque ya, a sus 39 años, esté tan cerca de su adiós. Es más ídolo aún en San Giovanni, el barrio del sur de Roma que le vio nacer y crecer. “Francesco ha sido un ejemplo para todos, la ilusión de tener éxito en la vida”, asegura la maestra Morenni, la única que permanece en el centro escolar donde ya no hay huella alguna “de aquel niño rubio y menudo que siempre andaba tras un balón”. La que fue su profesora, Ana María Felli, está jubilada. Y no hay foto alguna de Totti en el centro porque los archivos se perdieron en una inundación.

Pero el epicentro del recuerdo de Totti en San Giovanni está, sin duda, en la escuela de Fútbol de Fortitudo, donde ‘il Capitano’ dio sus primeras patadas a un balón estando federado. El mítico campo de tierra rodeado de edificios de protección oficial sigue teniendo una gran actividad porque son muchos los padres que llevan allí a sus hijos buscando repetir la leyenda. “Hace poco vino Totti por aquí para grabar una entrevista”, nos dice Franco Spadafora, el director de Fortitudo que, a sus 81 años, no ha perdido un ápice de vitalidad. Y dijo una cosa bonita: “Ahora se lleva mucho la hierba artificial, pero quien sabe jugar aquí, en esta tierra, sabe jugar en cualquier lugar”. “Cuando Totti se retire será un funeral, será tristísimo”, se lamenta Gianni Fruzzetti, el director de entrenadores de la escuela, cuyo campo fue construido en los años 30 bajo el régimen de Mussolini.

El colegio de Totti, Fortitudo y el número 18 de la Via Vetulonia, la casa de la infancia del crack, forman un triángulo que se puede recorrer en escasos cinco minutos. Totti sigue presente allí. La prueba es que al salir de Fortitudo nos aborda un señor de pelo blanco y avanzada edad: “¿Stampa? (¿Prensa?). ¡Mi hijo era compañero de banquillo de Totti en Fortitudo! Los dos saltaban esta valla para jugar si estaba cerrado. Seguiremos igual de orgullosos de él cuando se retire”.