Día de Reyes o villanos
Mel llega al envite en situación crítica, más tocado aún que en la previa de un 19-D del que salió con un 0-0 y el aprobado (18:15, C+ Liga). Joaquín y Banega regresan.
Derbi 2015-2016, parte II. Dos semanas y dos encuentros (de Liga) después, Betis y Sevilla vuelven a verse y partirse futbolísticamente las caras en otro partido de los partidos, aunque el de hoy navegue entre la trampa y la redención, sea sólo el primero de un doble enfrentamiento y quizá, no decida nada en esta eliminatoria de octavos. Mel llega al envite en situación crítica, más tocado aún que en la previa de un 19-D del que salió con un 0-0 y el aprobado. En un rato de fútbol a su Betis le han ocurrido más cosas y peores de lo que nadie esperaba: un 4-0 con escándalo arbitral en el Camp Nou y otro 0-4, con escándalo público, hace sólo tres días ante el Eibar.
El puesto del entrenador madrileño pende de un hilo. Emery no escucha pitos, apenas rumores, pero su condición de favorito agranda una caída: quedaría muy tocado si no pasa la eliminatoria. En el baúl de sus recuerdos, eso sí, el entrenador vasco mantiene la experiencia del último KO europeo que disputó contra el Betis en marzo de 2014. Aquel día logró remontar en el Villamarín un 0-2 de la ida y aquello fue su trampolín hacia la gloria: desde entonces, dos títulos de UEFA y una clasificación para Champions.
Alberga la ocasión ahora Unai de darle la puntilla a otro técnico con el que, lo reconocen ambos, se lleva “bastante bien”. Sevilla y su magia, lo de la pareja en los banquillos es como una metáfora del derbi: hermanos que durante cuatro horas o más se odiarán por culpa de un balón de reglamento.
Poca pólvora. Así es Sevilla, cainita en lo pagano e imperio de costumbres (religiosas) que compagina hoy dos de sus mayores tradiciones. En la mañana los Magos repartirán regalos y en la tarde los futbolistas intentarán regalar goles. El Betis recupera a Joaquín, esperanza gaditana. Apagado Rubén, los verdiblancos acumulan 368 minutos ligueros sin perforar la puerta contraria (marcaron en Copa, ante el Sporting) y el Sevilla se pone el traje roto fuera de casa. Gameiro, fallón como siempre o como nunca en Los Cármenes, apunta a ceder su puesto.
Siendo alarmante la falta de pólvora, a Mel le preocupa incluso más esa defensa desarbolada por el Eibar, que en buena parte podría tener que repetir, descartado Bruno y pendiente de un milagro Westermann. Emery no especulará con Banega y dejó fuera a Mariano, tocado. Rey o villano, hoy el sevillismo al menos no verá a su entrenador haciendo ese cambio que tanto enfado o tanta guasa le provoca...