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BARCELONA - ESPANYOL

Ter Stegen: una Copa para aplacar a un portero furioso

No lleva bien su suplencia. No disimula su malestar ante la situación que está viviendo hasta el punto que ha comunicado a su agente que escuche ofertas.

PREDICAMENTO. El alemán cuenta con muchos seguidores.
Fernando Zueras

El partido de mañana ante el Espanyol en el Camp Nou supone una oportunidad para atemperar el ánimo de Marc-André Ter Stegen, posiblemente el único elemento discordante en la actual plantilla del Barcelona. A Luis Enrique le ha costado un año obtener un ecosistema sostenible y plácido en el vestuario donde nadie se sienta agraviado. Hace exactamente un año, muchas de las estrellas blaugrana recelaban de su técnico, pero con el tiempo el asturiano logró corregir la situación y ha convertido el camerino en una balsa de aceite con la excepción del portero alemán, que ya no disimula su malestar ante la situación que está viviendo hasta el punto que ha comunicado a su agente que escuche ofertas.

Ter Stegen aceptó más mal que bien no jugar la Liga la temporada pasada a cambio de jugar la Copa y la Champions League, pero esperaba mayor protagonismo este curso. De hecho, el alemán recortó once días sus vacaciones después de disputar con Alemania el Europeo Sub-21 con tal de incorporarse a la gira barcelonista y hacer la pretemporada completa. Sus actuaciones no fueron buenas y en cuanto llegó Claudio Bravo después de ganar la Copa América, Ter Stegen quedó relegado a jugar la Champions.

Sin jugar en la Liga, el alemán esperaba disputar por lo menos el Mundial de Clubes en Japón, pero su suplencia le incendió. De hecho, ni se quedó a celebrar el título con sus compañeros en el terreno de juego, algo que no sentó bien al resto de la plantilla.