Una reunión significativa de madridismo puro en vena
Raúl reunió en el Txistu, hace diez días, a Sergio Ramos, Marcelo, Modric, Luis Figo, Fernando Hierro, Morientes, Chendo, García Coll y Pedro Chueca. Puro madridismo.
Con los turbulentos tiempos que corren para el madridismo militante, la fotografía que preside esta página supone un soplo de aire fresco. La reveladora instantánea la colgó en la noche del lunes el Mesón Txistu en su cuenta de Twitter. Pero no era una imagen de ese momento. Correspondía a una cena acontecida hace diez días. Recuerden que hace dos semanas Raúl González, el eterno capitán, se cogió unos días para viajar a Madrid y visitar a sus padres y a sus más íntimos. Y entre ellos están los ilustres que le acompañaron en la cena: Fernando Hierro, Figo, Morientes, Chendo, Sergio Ramos, Luka Modric, Marcelo, García Coll y Pedro Chueca.
A primera vista, madridismo puro en vena. La foto que todo aficionado madridista soñaría tener en la habitación de su casa posando junto a ellos. Pasado glorioso (Raúl, Figo, Hierro, Morientes y Chendo) y presente con luces y claros (Ramos, Marcelo y Modric, héroes de la Décima pero también integrantes del actual Madrid ciclotímico que tiene a la afición de los nervios).
A primera vista, un ingenuo podría pensar: “Bueno, es normal que Raúl se reúna con la gente que siente como él y que no le olvidan pese a su estancia en Nueva York”.
Futuro. Aunque eso sea verdad, la realidad es otra. Raúl, Hierro, Morientes y Figo tienen un nexo en común. Ninguno de ellos salió del Madrid como hubiera sido su deseo. Sus diferencias con el presidente les costaron adelantar la marcha del club al que siempre defendieron con honor hasta el punto de convertirse en referentes para la afición del Bernabéu. Hierro fue el primero en caer. Fue en aquella noche de cuchillos largos, qué ironía, en el mismo restaurante que preside esta foto. Ganaron la Liga de 2003, con Del Bosque al frente, y la discusión de la velada fue tan fuerte que al día siguiente el presidente decidió no renovar al seleccionador actual y rompió el acuerdo de renovación verbal que ya tenía con Hierro. El líbero malagueño nunca lo olvidó...
Pasemos ahora a Raúl. Durante 16 años fue el gran estandarte de la cantera, el escudo y el corazón del madridismo más pasional. Él quería ser como Giggs en el United o Totti en el Roma, pero la cúpula del club le hacía llegar que su adiós sería un alivio. Aceptó la situación, pidió la cuenta y se fue.
Figo, gran amigo de Raúl desde que fichó en 2000 por los blancos convirtiéndose en la gran baza electoral de Florentino para ganar las Elecciones a Lorenzo Sanz, fue el primer damnificado de los Galácticos. No lo entendió. Juega con los veteranos del Madrid y reniega del Barça, pero nunca perdonará a Florentino...
Morientes fue titular en las finales de la Séptima, la Octava y la Novena. Marcó 100 goles con la camiseta merengue, pero en 2003 el presidente fichó a Owen (su gran aval era su Balón de Oro, ganado precisamente a Raúl en 2001 de forma totalmente injusta...). Morientes se fue y Raúl y Hierro se lo recriminaron a Florentino en Montecarlo en la noche que se fraguó y gestó el fichaje de Ronaldo, ‘El Fenómeno’.
En la imagen están Ramos, Marcelo y Modric, los dos capitanes del actual Madrid y el cerebro del equipo. Y están García Coll (el alma en la sombra de la plantilla) y Chueca, el recuperador que se fue por culpa del inefable doctor Olmo.
Fue una cena de amigos, pero si hoy apareciesen en el Bernabéu les harían la ola...