Fernando Morena: "Peñarol no aceptó mi fichaje por el Madrid"
Fue uno de los jugadores de más relumbrón del Rayo: marcó 21 goles en su única temporada (1979-80). Antes lo quiso el Madrid, pero no cuajó.
¿Cómo recuerda su llegada al Rayo?
—Estaba jugando en Peñarol y surgió la posibilidad. El entrenador era Héctor Núñez y pidió mi fichaje, me llamó para ver si yo estaba dispuesto y en dos o tres días se resolvió el tema. Gente del club voló a Montevideo y el traspaso se concretó rápido. Inmediatamente viajé a Madrid e hice un poco de trabajo porque estábamos de descanso en Uruguay. Tengo un gran recuerdo del presidente Encinas y los compañeros. Fue una experiencia linda.
—Entró en la historia del Rayo pese a estar un solo curso.
—Lamentablemente, el equipo descendió. Enseguida llegó el interés del Valencia y me fui allí. Lo pasé muy bien en Madrid: es una ciudad espectacular y tenía muchos amigos por España. Aparte yo tuve la oportunidad, en 1975 (cuatro años antes de ir al Rayo), de ser jugador del Real Madrid, pero Peñarol no aceptó.
—¿Y qué sucedió?
—Hicimos una gira en agosto. Fuimos a jugar el Teresa Herrera con Peñarol (lo ganamos) y había un periodista que me siguió todo el viaje porque se decía que yo iba al Real Madrid. El último partido que disputamos fue contra ellos, el homenaje a Amancio. Cuando terminó la primera parte, el entonces capitán Pirri me dijo: “Oye, ¿cuándo te vienes?”. “No sé nada”, contesté. El pase estaba hecho, pero Peñarol no lo aceptó. A los cuatro años surgió lo del Rayo.
—Con usted el club pasó de 3.500 a 10.000 abonados.
—Me enteré de aquello y eso es parte de las obligaciones que tenemos los futbolistas. Se duplicó o triplicó la cifra.
—¿Qué lugares recuerda?
—Vivía en Fermín Caballero, casi al otro lado de la ciudad, con mi mujer y mis hijos. También Sol y Aire, en una esquina de la Avenida de la Albufera. Era un clásico en la plantilla de la época. Tras el entrenamiento de la mañana llegaba a casa a comer, dormía una siesta y Alvarito (el extremo izquierdo) me decía que fuera a tomar algo y ahí nos juntábamos todo el plantel: ocho, quince... (risas).
—Nadie en el Rayo igualó sus 21 tantos en una temporada.
—Me siento muy orgulloso. No pude hacer pretemporada, si la hubiese hecho habría marcado más. En algunos momentos no estuve bien físicamente.
—Héctor Núñez fue fundamental en su carrera.
—Vivía con mucha intensidad el fútbol. Era inteligente, trabajador, exigente... Cuando lo nombraron seleccionador uruguayo (Copa América 95) me llamó para ser su ayudante.
—¿Sigue al Rayo ahora?
—Sí. Siempre me ha interesado y hoy hay más posibilidades. Hace 30 años no había tanta tecnología. Cuando lo veo es porque juega contra el Barça o el Madrid, si no es muy difícil que lo retransmitan. Lo leo por la computadora. En los últimos años ha habido muchos cambios, hasta el nombre, y uno se entera pese a la distancia.
—¿Puede vencer al Madrid?
—Es difícil. El Madrid tiene todas las de ganar por la plantilla y todo lo relacionado con un club grande, uno de los más grandes del mundo. Aún cuenta con tiempo para remontar el vuelo en Liga. No obstante, también en el fútbol hay sorpresas. Ya le pasó al Barça con el Depor. El Rayo puede dar la campanada o llevarse un batacazo.
—Usted es el máximo goleador de la historia de la liga uruguaya, ¿cómo ve a la BBC?
—Las condiciones goleadoras de Cristiano las ha demostrado. Ya era una figura en el Manchester y con el Madrid ha conseguido muchas cosas. Benzema es un ‘9’ muy inteligente y sabe cómo moverse, pero está un poco eclipsado por Cristiano.
—¿Y qué jugador le marcó?
—Di Stéfano fue un genio de los genios, como Puskas. Cuando el Madrid dominaba Europa tenía grandes jugadores.