Trigueros remonta al Huesca y certifica el pase sin presumir
El Villarreal hace los deberes con un gol de churro del centrocampista y otro en fuera de juego de Soldado. El equipo de Anquela jamás se creyó la machada.
El Villarreal cumplió. Sin más. Remontó, que era el objetivo, y estará en el bombo de octavos sin presumir de juego ni de superioridad. Un gol de Trigueros con algo de suerte, tras varias paradas imposibles de Whalley, y otro de Soldado en fuera de juego (aprovechando un pase del propio Trigueros) valieron para superar el 3-2 adverso de la ida y doblegar a un Huesca repleto de suplentes y complejos. Con la victoria, el Submarino cierra una semana grande en la que se ha visto en el sorteo de Europa League, en la que ha tumbado al Madrid y en la que ha cubierto el expediente en Copa.
El Submarino no sufrió, a pesar de que su rival llegó poco pero con peligro. Eso sí, le faltó temple, garra y definición en demasiados minutos. Quizás porque Marcelino, obligado por la acumulación de minutos, hizo hasta ocho cambios en su once y metió a cuatro imberbes como Iñiguez, Adrián Marín, Rodrigo y Nahuel, el orgullo de la cantera. Aunque cumplieron con nota, sobre todo los defensas, se notó la falta de experiencia. Una ausencia de liderazgo que impidió al Villarreal mandar con el ritmo y el descaro habitual. Aun así, siempre fue mejor y más ambicioso, porque el Huesca jamás se creyó que podía dar la campanada y únicamente lse atrincheró atrás con tres centrales durante muchos minutos esperando llegar al final con vida. El Villarreal, mejor o peor, no paró de atacar. Pese a que sin los titulares no es lo mismo. Con empate a cero, con la eliminatoria a favor o con la sentencia en el bolsillo.
Soldado, uno de los revulsivos, pudo sentenciar antes tras un penalti dudoso por mano de Morillas. Sin embargo, el delantero confirmó que en estos momentos es mejor asistente que goleador. Su lanzamiento se estrelló en el larguero, le deprimió y espoleó a su adversario. Al Villarreal le pudo entrar el miedo, pero la entrada de Denis al campo hizo que se esfumaran todas las dudas. Se hizo con el balón, rompió líneas y siguió tirando de su equipo hacia la otra portería. Así llegó otra gran ocasión de Soldado y una nueva parada de Whalley. Justo antes de que Ros sí inquietara más de la cuenta con un remate desviado. Al final llegó el premio a la insistencia de Soldado. Fue en el minuto 78. Marcó en posicion ilegal (por un par de centímetros que diría Guardiola) tras un gran pase de Trigueros. Pero no lo celebró. Su falló anterior le borró la sonrisa. Así es este Villarreal: no se conforma ni cuando puede.