Diez conclusiones tras la jornada de fútbol en Europa
Mou y el Chelsea en la cuerda floja, el pragmatismo del Leicester, la irregularidad del Madrid: estas son las conclusiones de As América.
1. El incendiario Mou y su Chelsea en la cuerda floja
Otra derrota del Chelsea que produjo otro despropósito de Mourinho en la sala de prensa del King Power Stadium. Mourinho es un gran entrenador pero un pésimo perdedor. Las excusas siempre son distintas y casi nunca tienen que ver con errores propios. Esta vez volvió a atacar a sus jugadores: dijo que se sentía traicionado y puso en duda, con su ácida ironía, la lesión de Hazard, que pidió su cambio en el primer tiempo. Y también dijo que quería quedarse en el Chelsea y que confiaba en que Abramovich pensaba lo mismo. Lo cierto es que, cuando un entrenador no consigue resultados, la única manera de revertir la situación es con un equipo unido, lo cual parece ser una utopía en este contexto. Lo que nos hace suponer que o se va Mou o se va media plantilla. Sea cual sea la decisión, se vienen tiempos turbulentos en Stamford Bridge.
2. El Leicester: la efectividad de la sencillez
Hay equipos que juegan lindo y ganan, otros que juegan lindo y pierden; algunos son más pragmáticos y empatan y salvan la categoría, y están los otros, como el Leicester, que son la coronación del pragmatismo, la plasmación de la sencillez. Porque esto es fútbol, no astrofísica, y a veces las soluciones más simples son las más efectivas. El Leicester va para adelante. Cuando no sabe qué hacer, tira un balonazo a que Vardy y su velocidad rocosa se ganen la vida, o a que Mahrez –monstruo del fútbol, artista del balón- deje sentados a defensores que en algún momento parecieron jugadores profesionales. Y por ahora le basta. El factor anímico es extremadamente importante: se puede ver en los ojos de sus jugadores el convencimiento de que le pueden ganar a cualquiera. Ranieri tiene que aprovechar todo lo que pueda este envión y, en la medida de lo posible, reforzar a su equipo en invierno porque las lesiones llegarán y las cosas se complicarán un poco. Pero por ahora, sólo elogios.
3. El United ha tocado fondo
La situación del United, con el perdón de Van Gaal y sus allegados, es absolutamente patética. Hay que ser claros. Se puede perder en Champions y de visita ante el Wolfsburgo jugando relativamente bien, pero de ahí a caer dando pena en Bournemouth hay un gran trecho. El pequeñísimo equipo inglés recién ascendido, sin jugar demasiado bien, aplastó a los diablos rojos, que no generaron más de lo que la inercia ofensiva de equipo grande permitió. Van Gaal, que ha realizado un mercado de fichajes a la altura del nivel que muestra su equipo en el campo (reemplazar a Di María con Depay, por citar un ejemplo, es casi insolente), ha señalado que seguirán peleando por el título. Parece realmente imposible llevarse la Premier, pero el título de equipo más aburrido de Europa sí que lo tienen.
4. La Premier, una paradoja
Más de un año después de que los clubes de la primera división de Inglaterra firmaran contratos multimillonarios con la televisora SkySports, el nivel de la Premier parece estar en su punto más bajo en mucho tiempo. Miremos la tabla: el Leicester, que es la sensación del torneo, se encuentra puntero, pero es difícil imaginarse que esta situación trascienda esta temporada y se mantenga en la próxima. Está el City, equipo irregular si los hay, que es capaz de mostrar brillantez y fragilidad en la misma semana; y el Arsenal, un poco más de lo mismo. Está el United, uno de los equipos más decepcionantes de Europa, y el Chelsea, que se encuentra un punto sobre el descenso y a 20 del líder. En Europa, los de Mourinho lo tienen difícil ante el PSG y el Arsenal sufrirá con el Barcelona, mientras que el City es el único que se ve realmente en cuartos. Los presupuestos de los equipos más pequeños de Inglaterra son mayores que muchos de los más grandes de Europa. Pero si sobra el dinero y falta nivel, algo se tiene que estar haciendo mal.
5. La Juve, a por el quinto scudetto
Que un equipo gane seis partidos seguidos en cualquier liga del mundo es difícil. Pero es más complicado si es que viene de una pésima racha y ha perdido a sus jugadores clave. La Juve, sin embargo, se ha recuperado y ya nadie se atreverá a decir que no es un candidato serio a llevarse el torneo. El domingo los de Allegri enfrentaban una prueba de fuego: recibían a la Fiorentina, segunda clasificada y uno de los equipos más en forma de Italia. Los de violeta abrieron el marcador a los 2 minutos, pero la Juve empató rápido y consiguió remontar al final, dando la sensación de ser un equipo que ha vuelto a convencerse de que es el mejor. Su defensa es probablemente la más sólida del mundo y si Pogba está enchufado y conecta con Dybala y Mandzukic, este equipo puede llegar muy lejos.
6. El Madrid es constante en su irregularidad
El Barça había palmado en casa ante el Depor y venía de empatar de visita en Mestalla: la oportunidad para el Madrid de acercarse al liderato era evidente, para lo que tenían que conseguir un buen resultado en el Madrigal. Pero el equipo arrancó el partido como dormido, como confiado o desconectado, y lo pagó caro. Por más que en el segundo tiempo vimos un Madrid enchufado y dinámico, sus delanteros no estuvieron finos de cara al gol, y la derrota terminó siendo un duro castigo a la parsimonia inicial. Si los de Benítez siguen dejando pasar oportunidades así, el Barça y el Atlético serán los protagonistas de una nueva “liga de dos”.
7. El desequilibrio de Neymar es básico para el Barça
El Deportivo planteó un partido valiente en el Camp Nou, con dos hombres netos de punta, y consiguió lo que buscaba. El problema no es sólo que el Barcelona haya empatado en casa –cosas que pasan- sino que no fue capaz de generar las ocasiones de gol que estamos acostumbrados a ver. Los goles llegaron gracias a un tiro libre de Messi y un remate de larga distancia de Rakitic, pero no pudimos ver grandes combinaciones que terminaran en el área. Para esto -el desequilibrio en los últimos metros- es fundamental la presencia de Neymar –el mejor jugador culé este curso- y los de Luis Enrique parecen haberlo sentido.
8. En defensa de la tradición o la tradición de la defensa
Por más que los tiempos han cambiado, y que cada vez vemos más goles en la Serie A, más equipos atractivos y ofensivos, hay quienes prefieren ceñirse al tradicional guión que consiste en darle prioridad al músculo, al juego físico y defensivo, que a todo lo demás. Algunos dirán que el tridente ofensivo del Inter es talentoso –lo cual no ponemos en duda- pero está claro que mirar un partido entero de los de Mancini puede terminar siendo un suplicio. El sábado ganaron 0-4 al Udinese pero el resultado es realmente engañoso. En el primer tiempo el Inter sufrió mucho en defensa y no generó más que dos opciones de gol producto de dos errores graves en la defensa local. Ya en el segundo tiempo el trámite fue más fácil y pudo aprovechar los espacios. Lo cierto es que sigue ahí, arriba, sólido, alejándose de los demás, muy a la italiana.
9. El Atlético, sólido por naturaleza
Qué partido duro el domingo en el Calderón. El Athletic, como era esperable, salió con todo y abrió el marcador, pero el Atlético, también como nos tiene acostumbrados, sacó la casta y la garra y un poco de ese espíritu rioplatense que se siente en el templo del Manzanares y dio vuelta al partido. Solidez pura, algunos dirán espíritu de campeón, apoyado también en la maravillosa zurda de Griezmann, pincel y látigo de este Atlético que peleará hasta el final por cada título que disputa.
10. El Dortmund no deja al Bayern dormir tranquilo
Está claro que la liga alemana tiene dos equipos que están por sobre todos los demás. También está claro que uno de esos equipos, el Bayern, está un pasito por encima del que le sigue, el Dortmund, pero no tiene margen de error porque los de Tuchel no se lo permiten. El Dortmund volvió a ganar, a pesar de comenzar perdiendo, y sigue creciendo futbolísticamente. Los de Guardiola no pueden respirar tranquilos –a diferencia, por ejemplo, del PSG en Francia- y se encuentran a sólo cinco puntos de su más acérrimo rival.