GRUPO A | REAL MADRID - MALMOE
Cristiano y diez más para mantener el alto el fuego
El portugués no rota y Bale, Keylor y Modric descansan. Tendrá minutos Marcelo. El Malmoe necesita puntuar para ir a Europa League.
Real Madrid - Malmö en directo
Pasan los años, pasan los entrenadores, se renueva la teoría de la rotación y la conclusión copernicana sobre este universo es sencilla: Cristiano, como la tierra, rota sobre sí mismo. Benítez sólo le evitó los 90 minutos de Cádiz, donde había poca gloria que ganar (más visto lo visto). El resto lo ha jugado todo, de principio a fin. Recién entrado diciembre ya le saca dos partidos y medio completos (224 minutos) al segundo en la tabla de esfuerzos (Kroos). “Llegará el momento”, repite Benítez ante los impacientes y los incrédulos.
Pero no será hoy, ante el Malmoe, partido en el que jugarán el portugués y diez más pese a la intrascendencia del choque para un Madrid que será primero pase lo que pase. Pero resulta prohibitivo restarle un partido de Champions a Cristiano. En un año de sombras ha metido siete de los doce goles del Madrid en la competición y cada partido, para él, es una oportunidad para agrandar su leyenda. Hace tiempo que Cristiano juega para el futuro. Así que como por ahí no hay posibilidad de ahorrar, Benítez mete la tijera en otras zonas sensibles. Descansarán Bale, Keylor y, sobre todo, Modric, piedra angular del equipo. El técnico tiene presente por dónde se desangró el Madrid el año pasado. Tampoco arriesga con Sergio Ramos, que está a un paso de regresar, y sí le dará minutos a Marcelo, que ha hecho de Twitter un instrumento de presión.
El Madrid, por tanto, pretende no malgastar el partido, cuya utilidad está en mantener activos a Casemiro y Kovacic y quién sabe si juntar a Isco y James, que adornan mucho y ponen al público de parte del equipo. De esto también anda necesitado el Madrid en una semana que empezará en la Champions y acabará en el TAD, previo paso por Apelación, en un desesperado intento por salvar la Copa. Desde el 0-4 ante el Barça el Madrid ha jugado cuatro partidos y ha ganado los cuatro, con solvencia y con alguna siesta de más.
En ese periodo se ha asegurado la primera plaza en la Champions y le ha recortado dos puntos al Barcelona. Ante un Bernabéu con las garras afiladas le conviene no romper el precario alto el fuego. El Malmoe, que ha preparado el duelo en Marbella, no emerge como amenaza. Viene de fracasar en su Liga (acabó quinto) y su técnico, Age Hareide, dirige su último encuentro. Lo uno ha llevado a lo otro. Jugó su último partido en el campeonato sueco el 31 de octubre y desde entonces sólo ha disputado dos choques de Champions con resultados desoladores: 4-0 en Ucrania ante el Shakhtar, 0-5 en casa ante el PSG. Aún anda en la economía de guerra en la que le sumió su mudanza al Swedbank Stadion.
El presidente Jeppson, antiguo futbolista del club, exjugador profesional de tenis de mesa y economista de profesión, se ha visto obligado a durísimos ajustes. Así que entrar en la Europa League sería un buen empujón. Para ello necesita mejorar lo que haga el Shakhtar en París ante el PSG. Y tendrá que ser sin Rosenberg, el jugador que les ha dado 18 goles en este curso. Suena a misión imposible. Menos para los 3.300 que les apoyarán en la grada. Será el segundo desplazamiento más masivo en la historia del club. Ya no se ven actos de fe así.