El árbitro no ve un gol del Lega que dio en un palo de sujeción
Sucedió en el 19' y con el 2-0 en el marcador. Era gol legal y el colegiado entendió que el balón impactó en el poste. Son dos porterías instaladas este verano.
Butarque es un estadio en el que se ha visto de todo. En sus casi 18 años de historia (cumplirá la mayoría de edad el 14 de febrero de 2016) el feudo del Leganés albergado desde un huerto en el fondo norte (la hortaliza estrella era el pepino, como no), hasta una minipista de atletismo de quita y pon, pasando por un helipuerto o una mascota fugaz (también representada por un pepino, obvio). Sin embargo, nada se le parece a su última adquisición: unas porterías ‘escupe-goles’.
Pónganse en situación. Miércoles de noche otoñal. El Leganés se juega el pase a dieciseisavos de final de la Copa del Rey frente al Alavés. Minuto 19. La cosa marcha a las mil maravillas para la escuadra de Asier Garitano. Los tantos de Gabriel y Galarreta ya campean por el electrónico cuando Víctor Díaz, defensa de corte aguerrido, se transforma en un habilidoso extremo y provoca una falta escorada en la banda derecha del ataque blanquiazul. Omar Ramos coloca el esférico con mimo y bota el lanzamiento con su zurda de fino estilista. El balón cruza el aire y conecta con la cabeza de Rubén Peña. El menudo extremo abulense la peina lo suficiente para que le caiga a Gabriel, omnipresente en el ataque local durante todo el encuentro.
El brasileño la mata con la izquierda y sin tiempo para que toque el suelo, se saca un latigazo con la otra pierna, la derecha. El tiro es certero. Certerísimo. Con violencia, su remate se dirige al palo izquierdo de la meta que defiende Fernando Pacheco. El arquero ex del Real Madrid vuela y consigue despejar la el cuero, pero el remate lleva tal potencia, que se cuela en la portería.
O eso al menos parecía ser su destino hasta que uno de los contrafuertes que sostiene la red, una especie de triángulo metálico situado detrás de la madera, decidió colarse en la escena para repeler un zapatazo que, después, con las repeticiones de televisión de por medio, se demostró que sí, que había traspasado la línea justo antes de ser escupida en sentido opuesto por este invitado inesperado. Butarque había asistido al nacimiento de la primera (y quizá única) portería ‘escupe-goles’.
Una portería que, como su gemela del fondo sur, es una de las novedades que han traído las reformas al estadio del Lega. Este verano, el club inició una profunda renovación de sus instalaciones. La noticia más relevante fue el cambio del césped. La antigua y obsoleta alfombra marrón fue cambiada por una novísima ‘moqueta’ verde sobre la que practicar el deporte rey sin temor a sufrir lesiones o con la certeza de que ningún bote inesperado evitaría un control sencillo.
Durante esta sustitución, se suprimieron las redes verticales que, en cada costado del estadio, evitaban que el esférico pudiera golpear al público situado en los fondos. Eran estas redes las que, a su vez, servían de soporte a la malla de cada una de las metas.
Como aquel sistema era precario, el club compró dos nuevas porterías de menor profundidad que no necesitaban de sistemas externos para sostenerse. El citado triángulo metálico tensaría las redes. Un mecanismo que este miércoles se reveló contra sus nuevos dueños provocando la inaudita escena antes relatada.
¿Habrá cambio de meta? En el Leganés ni se lo han planteado. Al menos por ahora. Otra cosa será que estos juguetones refuerzos vuelvan a hacer de las suyas y repitan diabluras. Entonces, quizá sí, el club medite jubilar a las protagonistas de la última leyenda de Butarque, un estadio en el que se ha visto de todo. Incluso porterías ‘escupe-goles’.