ARGENTINA
Maradona visitó al árbitro que no vio la famosa 'mano de Dios'
Dio una sorpresa al colegiado Alí Bennaceur, que pitó el Argentina-Inglaterra del Mundial de México. Lo besó y le dedicó una camiseta de la Albiceleste: ¨Para Alí, mi amigo eterno¨.
Diego Maradona tiene la capacidad de ser noticia cada día. A veces son sus verborrajías. Otras sus escándalos. Y otras sus actos de generosidad, los que sorprenden. Y la admiración que despertó dentro del campo de juego, contagia cuando el Dios del fútbol se vuelve terrenal y le dedica su tiempo a hacer feliz a un admirador. Esta vez, fue Alí Bennaceur, el árbitro tunecino de el partido de 'La Mano de Dios' y el bellísimo gol a los Ingleses quien disfrutó de la visita del Diez. Aquel que no sancionó aquella infracción, y quien dio la ley de la ventaja para que Maradona ejecutara su obra maestra, El gol del siglo.
"Este fin de semana visité Túnez, y tuve un reencuentro muy emotivo con Ali Bennaceur, el árbitro del partido contra Inglaterra, en México 1986. Yo le regalé una camiseta argentina, y él me obsequió la fotografía de aquél partido que cuelga en su casa. Mi dedicatoria: "Para Ali, mi amigo eterno". El mensaje de Diego Armando Maradona en su cuenta oficial de Facebook se replicó en segundos en todos los medios del mundo. Allí mostraba imágenes de la visita al árbitro del famoso partido del Mundial del 86.
Alí y Maradona bromearon. El crack se jactó de su picardía y de la maniobra perfecta. Para los argentinos, el jugador nacido en Villa Fiorito vengaba la muerte de los soldados argentinos en Malvinas, con un gol a los ingleses que quedó inmortalizado, como ¨La mano de Dios¨ .Una venganza futbolística, que abrió el camino a la victoria de Argentina en cuartos de final. Aquel partido disputado el 22 de junio de 1986 en el estadio Azteca de México, significó la consagración mundial del Pelusa. Y Maradona siempre le agradecerá a Alí no haber sancionado la mano de aquel polémico gol , uno de las peores humillaciones que sufrieron los ingleses en Mundiales.
Jorge Valdano, definió de manera magistral aquellos dos goles del Diez: “En un partido de un grandísimo valor simbólico, Maradona mostró las dos formas de ser del argentino. En el primer gol muestra la trampa, la picardía criolla o la viveza. Argentina es un país donde el engaño tiene más prestigio que la honradez. Pero también tiene otra cara. Es la del virtuosismo y la habilidad. En el segundo gol Maradona corona el partido con una obra de arte. Es la habilidad, la gambeta, la nuestra”.
Transcurría el minuto 6 del segundo tiempo, cuando el encuentro entre Argentina e Inglaterra iba empatado a cero. Y Maradona controló el balón fuera del área inglesa y le dio un pase a su compañero Jorge Valdano. Valdano intentó devolverle una pared a Diego, pero fue obstruido por el defensor inglés Steve Hodge, quien despejó la pelota hacia arriba. El Diez, saltó a cabecear con su puño izquierdo alzado, y aunque media 20 centímetros menos que Shelton, se las ingenió para tocar que la pelota y que esta fuera dirigida al arco ingles. Maradona salió a celebrar el gol, mirando de reojo al árbitro tunecino, quien lo validó, mientras los defensores ingleses se abalanzaron sobre el referí argumentando que el gol había sido con la mano.
Alí había manifestado que no tuvo responsabilidad en el gol, en una entrevista concedida a la revista francesa So Foot en 2014 . Y señaló entonces a su asistente en aquel partido, el búlgaro Bogdan Dotchev, como el responsable. "Antes del partido, FIFA nos había dado indicaciones. Si un asistente estaba mejor posicionado, debía cobrar. Él no levantó la bandera", explicó.
Maradona fue quien le dio nombre a aquella hazaña: “Yo nací en un barrio privado…privado de luz, agua y teléfono”, había dicho después de ganar el partido, y sobre la mano Maradona respondió: “El gol fue un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”, dijo el Pelusa a los medios después de ganar el partido.
El siguiente gol de aquel partido, fue la obra maestra de su zurda de Diego. Y en cambio, el árbitro tunecino sí destacó su "participación" en el que fue elegido por la FIFA como el "Gol del siglo", el segundo de Argentina. "Maradona no anotó ese gol solo. Yo fui su asistente: di la ley de la ventaja tres veces", recordó Bennaceur. Y lo desarrolló: "No tenía por qué hacerlo. En la primera falta, él trastabilló. El segundo fue justo al borde del área. Yo grité, 'ventaja, ventaja'. Y cuando entró al área yo esperaba que Butcher lo bajara. Puse el silbato en mis labios, estaba listo para intervenir, pero no soplé".
Maradona abrazó al árbitro tunecino, Bennaceur. Y la foto recorrió el mundo. Le debía un abrazo, el abrazo de Dios, por no ver su mano haciendo trama, y por en un segundo fallo, habilitarlo para realizar la obra maestra de su genialidad.