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El pecado de dejar solo a Messi

No jugó bien la Argentina. Y Chile supo aprovechar el desconcierto del equipo de Martino con el cual dividió la posesión de la pelota.

Messi quedó aislado y sin opción de pase, ante la impotencia de los mediocampistas de su equipo y la marca escalonada que le planteó Sampaoli con Medel, Vidal y Beasejour. La táctica dio sus frutos y el crack quedó aislado.

Con Di María lesionado a los 28 minutos le costó caro a la Argentina tuvo dificultades para crear juego. Y el crack rosarino fue perdiendo influencia entre las piernas de Medel y Marcelo Díaz y Arturo Vidal, las tres figuras de la cancha.

A Argentina le queda incómodo el mono de trabajo, y terminó jugando el partido que peor le sabia a sus intenciones. El golpe por golpe es un juego en el que Chile se siente más cómodo: presionando en todas las líneas y estirando la pelota a las espaldas de los mediocampistas de Argentina, con Alexis Sánchez y Vargas entrando en velocidad fueron la pesadilla de la celeste y blanca.

El alargue fue demoledor y se comió las piernas y los esfuerzos de los argentinos. La rodilla lastima de Mascherano quien arengaba a sus compañeros, fueron el preámbulo de una noche que recordó demasiado a la final en Mundial de Brasil. Y los penales fallados por por Higuain -quien tuvo el gol en Alemania, pero se lo anularon- y el de Banega fueron solo la confirmación.

Los futbolistas argentinos sacándose la medalla en la premiación es el resumen de la tristeza y el amargo final de la derrota de la albiceleste en la final de la Copa América.

Chile fue un justo ganador.