El Madrid de los mediapuntas no ha logrado aguantar el ritmo
El Real Madrid puede cerrar la temporada sin ganar ningún título importante. La plantilla se ha sobrecargado de mediapuntas y faltan centrocampistas para sostener al equipo.
En verano. Ancelotti comenzó la temporada con un hándicap, las salidas de Di María y Xabi Alonso. Había construido un puzzle con el que ganó la Champions en Lisboa, con Di María como bisagra del 4-3-3 que mejor se acomoda a Cristiano, Benzema y Bale, los verdaderamente innegociables. El tolosarra, que daba mucho equilibrio al equipo, salió por 10 millones de euros.
El buen alemán. El Madrid ha quedado toda la temporada en manos de Kroos. Su labor esta campaña ha sido encomiable, sobre todo, teniendo en cuenta que nunca había jugado en esa posición en el Bayern. Pero Ancelotti le ha sobreexplotado: sólo ha dejado de jugar cuatro partidos de 59. En el tramo final ha bajado su rendimiento. Como Kroos, James e Isco han dado mucho en la posición de mediocentro cuando son mediapuntas. Ayer acabaron desfondados y sin capacidad de reacción. El centro del campo del Madrid de los mediapuntas no se ha sostenido.
Kroos y nada más. Cuando planificó la plantilla, el Madrid prefirió que saliera Casemiro (buena su temporada en el Oporto) y quedarse con Illarramendi (costó 40 millones, dejarle ir habría sido admitir el error de su contratación), que naufragó la pasada temporada en Dortmund. Ese partido le dejó marcado. Ancelotti no confía en él. Incluso puso en evidencia a Ramos en Turín por no echar mano del de Mutriku. En el 4-0 del Calderón, por ejemplo, prefirió a Khedira (cuya situación ha sido gestionada de manera nefasta: no lo han conseguido renovar, se va a coste cero y sin aportar nada la última temporada).
Modric. Sus dos lesiones de larga duración han terminado por destrozar al Madrid, que no tenía recambio para él. Se fichó a Lucas Silva, un desconocido en Europa, por 14 millones de euros (Xabi Alonso salió por 10). El suyo ha sido un Expediente X. Jugó un par de partidos y desapareció.
Sin rotaciones. Ancelotti no ha rotado. Mira al banquillo y no confía en él. Esta temporada podía haber quitado minutos a Benzema (que se terminó lesionando) para dar entrada a Chicharito. El mexicano ha sido un soplo de aire fresco cuando se le ha necesitado. O a Bale para ir metiendo poco a poco tras su lesión a Jesé, al que ha terminado marginando hasta hacerlo desaparecer. ¡Ancelotti sólo hizo ayer un cambio!
El bolo de Dubai. El Madrid fue a jugar el 30 de diciembre a Dubai un amistoso con el que la entidad ingresó cuatro millones (venían de ganar el Mundialito del 13 al 22 de diciembre). El equipo no recuperó bien. Perdieron los dos primeros partidos del año, en Liga en Mestalla (2-1) y la ida de Copa ante el Atlético (2-0). Y empezó la línea descendente que le ha llevado a perder los tres títulos importantes (un milagro le daría la Liga) en 2015.
Bale. Ha marcado tres goles en los últimos 14 partidos. El fichaje de los 101 millones tiene un puesto asegurado por lo que costó, pero no por lo que aporta, y eso condiciona el sistema y mina la moral de sus compañeros. La rajada de su agente fue la gota que colmó el vaso.
Ancelotti. Florentino salió a defender a Bale el 18 de marzo cuando convocó a los medios para desmentir una portada de Marca (“Ultimátum a Ancelotti”). Pero no fue capaz de ratificar al italiano para la próxima temporada cuando fue preguntado hasta dos veces por ello. De 2000 a 2006, Florentino tuvo seis técnicos: Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo y López Caro. Desde 2009 hasta ahora han sido tres: Pellegrini, Mourinho y Ancelotti.