NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ESPANYOL

Un siglo de la primera semifinal de Copa ganada en casa

El Espanyol logró de local el pase a la final en 1915, ante la Sociedad Gimnástica Española, y en 2000, contra el Real Madrid. El miércoles puede repetir frente al Athletic de Bilbao.

Un siglo de la primera semifinal de Copa ganada en casa
Jordi Puyaltó

Puede el Espanyol este miércoles hacer historia alcanzando su primera final de Copa del Rey desde que su estadio es el ahora llamado Power8. Supondría la décima final en su trayectoria y la tercera que se resuelve con el partido de vuelta de semifinales en casa. La anterior es relativamente reciente, y se recuerda con facilidad: el 1-0 ante el Real Madrid en Montjuïc, en 2000, un tanto de Martín Posse que dio acceso al 2-1 en Mestalla ante el Atlético de Madrid, con el ahora técnico Sergio González como goleador. Pero precisamente este año se cumple un siglo exacto desde la primera semifinal de Copa ganada en casa.

En 1915, y dado que todavía no existía la Liga, se clasificaban directamente para la Copa —que empezaba en semifinales— los campeones de Cataluña, Galicia, Región Norte y Región Centro. Y ahí es donde arrancan las anécdotas de aquella edición. Por un lado, porque el Espanyol se clasificó tras derrotar en el campeonato catalán al Barcelona. Le costó, pues necesitaron los pericos un partido de desempate, pero lo ganaron con más que solvencia: 4-0. Por otro, porque del campeón de la Región Centro salía su rival en semifinales de Copa: aquel título lo conquistó el Racing Club de Madrid, pero estos cometieron el error de no haberse preinscrito con antelación en la Federación Española, por lo cual tuvieron que ceder su plaza en la Copa al subcampeón. Y este no era otro que la Sociedad Gimnástica Española, una entidad con solera, pues se fundó en 1887, de ahí que le llamaran ‘La Veterana’.

La ida se disputó en el madrileño campo de O’Donell y ya se impusieron los pericos por 2-3, resultado abultado pese a que ambos equipos fallaron sendos penaltis. La vuelta, programada para la mañana del 19 de abril en el campo de la calle Muntaner, estuvo a punto de suspenderse por un diluvio. Pero, según las crónicas de la época, se acabó jugando a las 16:30. Y el Espanyol resolvió a lo grande: 3-0 y a la final.

Aquello ya fue otra historia. Los Gibert, Sempere, Massana y Armet se midieron precisamente al Athletic de Bilbao, y en Irún, con ambiente hostil. Incluso iba a dirigir la contienda un árbitro vasco, a lo que los pericos se negaron: finalmente, arbitró un suizo que jugaba casualmente en el Irún Sporting Club y perdió el Espanyol sospechosamente por 5-0.