El Barça B golea al Sabadell

Mucho han de cambiar las cosas en Sabadell para que puedan salvar la categoría. El Barça B mostró las carencias de la zaga arlequinada y tras la roja a Cristian en el minuto 36’, el encuentro pasó a ser un monólogo azulgrana. El 1-4 deja muy tocado al conjunto arlequinado y Eusebio coge aire y confianza.
Eso sí, el encuentro se inició de manera fulgurante. Benja falló por el Sabadell y en la siguiente acción, De Navas tuvo que lucirse ante Munir. El punta le probó en el mano a mano y taponó a la perfección su disparo y además, se alió con el larguero para acabó de malbaratar la ocasión. Munir se quedó pensativo tras la acción y en el 10’ Grimaldo le volvió a situar ante el meta arlequinado y esta vez no falló. Tuvo tiempo para controlar, posicionar bien el cuerpo tras ganarle la espalda a Yeray y se desquitó. El tanto espoleó al Sabadell, pero los nervios pasaron factura y la circulación de balón no era del todo fluida.
A la media hora de partido, el conjunto arlequinado dio un paso adelante. Aníbal se lució jugando de espaldas a portería y en el 33’ llegó la recompensa. La afición del Sabadell tuvo un déjà vu porque el gol llegó tras una jugada que tantas alegrías les dio el curso pasado: centro de Collantes y Aníbal, de cabeza, marca. Pero no era el día de la zaga arlequinada, mucho menos de Cristian, y en cuatro minutos el filial azulgrana decantó la balanza. En el 36’, Dongou le ganó la posición a Cristian, este le atizó aunque era consciente de que ya tenía una amarilla y el veredicto era claro: penalti y expulsión. Sandro firmó el 1-2 y poco después, lo que puso más peso en las botas de los jugadores del Sabadell fue el 1-3 de Halilovic.

Segunda mitad. A los siete segundos de empezar, Collantes pudo volver a meter al Sabadell en el partido pero José Suárez se hizo grande y le ganó la partida. En caso de gol, el destino podría haberle guardado una alegría, pero con el paso de los minutos el Sabadell se diluyó y el Barça B aún hizo más sangre con el gol de Dongou.
Los últimos minutos fueron un vía crucis para el Sabadell y en especial, para Álex García