Copa del Rey | Atlético de Madrid - Barcelona
La Operación Remontada: el Vicente Calderón contra Messi
El Atlético de Madrid, que jugará esta noche (21:00 Canal+1) con Fernando Torres y Griezmann y sin Koke, ante un Barça lanzado que tras Anoeta ha ganado sus seis partidos.
Cuando el huracán amenazaba con asolar el Barça, Messi decidió ponerse a jugar a la pelota y ahora sólo sopla una agradable brisa a favor. Las cosas de los genios. Sus razones son indescifrables, pero su obra resulta indiscutible. El descalabro de Anoeta anunciaba el fin de una etapa y así fue. Lo inesperado es que la nueva es mucho mejor: seis partidos jugados, todos ganados (dos al Atleti), 23 goles a favor y sólo uno en contra. A esa apisonadora pretende remontarle un 1-0 el Atleti. ¿Miedo? Busquen en otro sitio, no en este Manzanares.
Simeone ha dirigido 18 eliminatorias a doble partido desde que bajó de los cielos rojiblancos para resucitar al Atleti. Ha ganado 16, pero las dos que perdió fueron las únicas que exigían levantar un resultado adverso de la ida: 0-2 ante el Rubin Kazan en la Europa League 12-13 y 3-0 frente al Madrid en la pasada Copa. En su asalto a la primera remontada de la era Cholo, los rojiblancos contarán con un jugador extra: el Calderón. Y por partida doble, la grada llena y el césped antipático para los virtuosos. Tal vez sea casualidad que, cosa muy poco habitual, el Atleti se haya entrenado en el estadio los dos días previos al choque. Tal vez. O no.
A priori, el estado del campo perjudicará menos a los locales, donde Koke y Tiago, sus medios de más toque, son baja, Arda es capaz de controlar la pelota en la tabla de un faquir y Griezmann está en un estado de forma que no entiende de socavones. Raúl García y Torres, delantero de partidos grandes, pondrán músculo y juego aéreo. El balón parado es el maná y Mandzukic queda como recurso de urgencia.
Antecedente. El sueño atlético es repetir el inicio del año pasado en Champions, donde el Atleti aniquiló al Barça en 20 minutos de alucinante intensidad, con robos constantes cerca del área. Pero Luis Enrique recordó que ese partido se lo sabe de memoria y es improbable que repita el error de complicarse la vida por sacarla jugada.
Y una vez que supere la presión, sálvese quién pueda. Gastar palabras en definir a Messi es intentar tocar la Novena de Beethoven con un matasuegras. Una pérdida de tiempo, casi una ofensa. Y Neymar no está lejos. Si no jugase junto al argentino, no se hablaría de otra cosa. Futbolista valiente, que no rehuye un choque, arrastra cuitas con medio Atleti, que, sin Godín, pierde al jugador que mejor lee el límite arbitral. Giménez, aún con ímpetu adolescente, debe ser cauto. El tenor que aún desafina es Luis Suárez, extrañamente fallón. Eso no debería inquietar al aficionado culé, sino animarle: un león siempre acaba cazando.
Y ante el fuego cruzado, dos porteros de 22 años y enorme proyección que llegaron para ser titulares, pero acabaron esperando turno en el banquillo. Ambos crearon dudas con un día malo en Champions (Oblak ante el Olympiacos y Ter Stegen contra el PSG), pero van a más. El esloveno pudo ser el héroe de la ida al detenerle el penalti a Messi, pero el rechace fue cruel. Ter Stegen mostró gran solvencia, aunque dio la sensación de que su notable juego de pies puede ser un arma de doble filo: arriesga mucho.
Es el noveno Atleti-Barça en 17 meses. Los blaugrana ganan el balance (dos victorias, seis empates y una derrota), pero los rojiblancos lucen la corona (pasaron en Champions, ganaron la Liga). Los duelistas afilan los sables. Que empiece.