Quinto día de competición
Malabo disfrutó de su primer día de fútbol y protagonismo francés
Malabo vibró con la primera jornada del Grupo D. El francés se impuso al español con la presencia de aficionados de Camerún, Mali, Costa de Marfil y Guinea Conakry.
Por fin llegó el fútbol a Malabo. Y se encargaron de anunciarlo al son de vuvuzelas, timbales, silbatos y tambores, desde primera hora de la mañana, los miles de marfileños, cameruneses, guineanos (de Guinea Conakry) y malienses que trabajan y pululan por Malabo.
A las 17:00 h., el estadio La Paz fue un hervidero de camisetas y banderas de los cuatro países que debutaron en el Grupo D y, desde ese momento, el francés se impuso al español en Malabo. Se esperaban grandes alardes y manifestaciones tras los choques, pero como ambos concluyeron en empate, el gentío desfiló hacia sus casas, hacia sus lugares de reunión y ocio a la espera de que el segundo encuentro aclare las aspiraciones de cada equipo.
Malienses y guineanos son los más optimistas en cuanto a sus posibilidades. Sobre todo los primeros, muchos de los cuales han convertido la calle Libertad (en el barrio de Pinto) en un dinámico punto de venta de material electrónico en el que uno puede liberar el teléfono móvil, reparar ordenadores, comprar juegos y películas.
“Esta Copa de África es de Mali”, afirma Keita al frente de un negocio de venta de teléfonos móviles ubicado entre una tienda de ropa que ofrece rebajas y otra que se llama Tienda secreto de las mujeres (tal y como reza). “Camerún tuvo la suerte de cara y el árbitro nos birló un penalti. Tenemos un gran líder, Seydou Keita”.
Los cameruneses, por su parte, se hacinan en tugurios, tiendas, bares y la iglesia Nueva Vida en Cristo. Lo más cerca posible de su embajada, sita en la calle Bonkoro. No son muy bien vistos por los locales, a pesar de que Camerún se ha convertido en el principal abastecedor de alimentos de Guinea Ecuatorial, país al que exporta yuca, tomate y cebolla.
“Estamos mejor sin Etoo”, nos dice Tabi, natural de Yaoundé. “Samuel se había convertido en un problema, en un hombre de negocios más que otra cosa. Los que jugaron frente a Mali son gente joven, con futuro, aunque no ganen el campeonato. Nos falta un cerebro, alguien que dirija desde dentro porque el entrenador no parece tener las ideas claras”.
En lo que están todos de acuerdo es que la jornada fue una verdadera fiesta de camaradería y concordia entre malianos, guineanos (de Guinea Conakry), marfileños y cameruneses.