Quique Flores regresa ante un Almería que sigue lanzado

Poco menos de una década después de su despedida, Quique vuelve al banquillo que le hizo subir unos cuantos peldaños en el escalafón de entrenadores. Ni Getafe ni técnico tuvieron que pensar mucho la solución a la salida de Contra, pero esta historia poco importa a un Almería que con JIM vuelve a sonreír.

De hecho, si Quique fuera consultado sobre qué tipo de reacción espera de los suyos tras su llegada, probablemente la compararía con la del Almería. Tres partidos, dos de Liga y uno de Copa del Rey, tres victorias. Celta y Málaga a domicilio y Betis en casa en la vuelta de dieciseisavos. Cuatro goles a favor, dos en contra y la sensación de que la permanencia es posible. Claro que esto es la Copa y tanto Getafe como Almería saben que soñar con un camino largo implica desatender el pan de la Liga, riesgo que ninguno de los contendientes están dispuestos a asumir en principio.

Novedades. A Francisco en la ida y a JIM en la vuelta les funcionaron las rotaciones ante el Betis en la anterior eliminatoria, por lo que ésta será la noche de los menos habituales. Esto es sinónimo de que en Tailandia los televisores echarán humo con su idolatrado Teerasil, por si el ariete vuelve a ver puerta.

En el Getafe hay un matiz. Quique se siente en la obligación de empezar convenciendo y dejando unos trazos claros de lo que el Getafe va a ser capaz de hacer a partir de ahora, pero lo que urge es la Liga. Ni siquiera está en el horizonte de la siguiente eliminatoria el caramelo de una buena taquilla ante un grande, ya que el ganador jugará ante Villarreal o Real Sociedad. Una eliminatoria con alicientes pero a la que ninguno parece querer hacer caso.