JUVENTUS-ATLÉTICO DE MADRID
Bonucci ya es el líder defensivo que la Juventus necesitaba
El crecimiento del central ha sido mayúsculo gracias a su entrenador mental, cuyo trabajo incluye método castrense y caramelos de ajo.
Leo Bonucci se está convirtiendo en el líder defensivo que la Juve venía buscando después de que los grandes jefes bianconeri hayan ido dejando el club. La Juve buscaba un sucesor para los Montero, Ferrara o Cannavaro y Bonucci, ya jugador de la Nazionale, fue la apuesta por la que la Vecchia Signora pagó 15,5 millones al Bari en 2010.
Bonucci lo tenía todo para ser un solvente defensa. Gran envergadura, sentido de la anticipación y calidad para sacar la pelota jugada. Pero al central le ha ido costando y ha alternado errores con aciertos. Sin embargo en los últimos meses la afición turinesa le ha elevado a los altares. El pasado sábado fue el mejor bianconero en Florencia y, además, si la Juve es líder del Calcio es por la polémica victoria in extremis sobre la Roma con un gol a poco del final de Bonucci, cuya imagen celebrándolo se ha conviertio en icono juventino.
El cambio del central ha sido mayúsculo y su secreto reconocido es su “entrenador mental” como a él le gusta llamarlo. “Para superar las críticas y los silbidos llegué a insultarlo y a darle puñetazos”, relata sin tapujos Alberto Ferrarini, la persona que desde hace ya tiempo trabaja con Bonucci fuera de los campos para convertirlo “en un soldado” y que ya ha ayudado a otros futbolistas. “Quiero que cuando acaben los partidos su camiseta esté llena de sudor, de barro, de hierba y de sangre si es necesario”, explica su motivador. Antes de ese partido vital con la Roma Ferrarini le dio a Bonucci a comer caramelos con ajo. “El día anterior preparamos el partido con una charla en el hotel y al acabar le di esos caramelos incomibles. Durante años los soldados los han comido antes de una batalla para mantenerse alerta y llenarse de fuerzas antes de la batalla, y para mí era como volver a los orígenes antes de enfrentarse a Gervinho y a Totti”, explica Ferrarini.
Cualquier cosa con tal de elevar la autoestima y el nivel de seguridad en sí mismo sin importarle lo que haya delante. Bonucci fue el héroe pero después, sobrexcitado quizá, se enzarzó en las redes con rivales romanistas. “Me enfadé con él”, afirmó Ferrarini, “no quiero que se meta a comentar en redes, su escenario es el campo, y no quiero que se vanaglorie de hechos pasados su mejor gol está por llegar”. Bonucci obedece ciegamente a Ferrarini al que llama su “capitán” y poco importa que, como ha confesado, le haya incluso metido en un cuarto oscuro para ponerle a prueba. Llegados allí comenzaba a insultarlo gravemente y si el jugador reaccionaba no dudaba en golpearle en el estómago. Su método castrense le ha funcionado. Veremos si también para enfrentarse a los Mandzukic, Raúl García, Godín y compañía.