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Malmoe - Atlético de Madrid

El Atlético jugó en Malmoe como local en la Recopa 1962

Fue ante el Motor Jena, de la RDA. Europa occidental rompió relaciones con la RDA tras el Muro y sólo Suecia, Austria y Suiza aceptaban a alemanes orientales.

GOLEADOR. Jones marca uno de sus dos tantos al Motor Jena.

El Atlético ya ha jugado en Malmoe... pero como local. La historia se remonta a la Recopa de 1962 y hay que contextualizarla en las tensiones políticas que la Guerra Fría causaba en territorio europeo. Alemania estaba divididas en una parte Occidental (RFA), bajo órbita capitalista, y una Alemania Oriental (RDA), bajo la comunista. La UEFA pretendió, y consiguió en parte, saltar sobre el problema. Los campeones de la RDA fueron admitidos en las competiciones europeas a partir de que solicitaran su inscripción, y los partidos de ida y vuelta se jugaban con normalidad en las primeras participaciones.

Pero en agosto de 1961 la tensión llegó al límite cuando las autoridades comunistas decidieron levantar un muro que separó las dos mitades de Berlín e incluso rodeó al Oeste, aislándolo del exterior. A raíz de ese verano, y por dos temporadas, la inmensa mayoría de los países de Europa Occidental rompieron relación con la RDA. Incluida España.

Así, llegamos a la Recopa de 1962. El Atleti se plantó en las semifinales, donde se tenía que enfrentar al Motor Jena, equipo de la Alemania Oriental. En esa Recopa, el Motor Jena eliminó sucesivamente al Swansea de Gales, al Dudelange de Luxemburgo y al Leixoes de Oporto sin jugar un solo partido en campo contrario. Y es que los rivales no tenían más opción que darse por eliminados o jugar su partido local bien de nuevo en la RDA bien en uno de los únicos tres países (aparte de los de la órbita comunista) que aceptaban la presencia de alemanes orientales: Suecia, Austria y Suiza. La UEFA no entraba en política. Si en un país no se podía recibir al competidor de la RDA, era cosa suya. O buscaba un campo fuera de él para jugar como local o el equipo quedaba eliminado.

El Atlético se encontró ese problema y escogió Malmoe. Esperaba buen ambiente porque había tenido 10 años antes a un gran interior sueco, Carlsson. En los años 1953 y 1954 el club hizo giras con éxito por aquellas tierras y allí tenían otro embajador: Antonio Durán, un exatlético instalado en Suecia. Finalmente en Malmoe hubo lleno y victoria por 4-0, con dos goles de Jones y dos de Peiró. Javier Barroso, presidente del Atlético, era feliz por la clasificación, pero también se lamentó: “En el Metropolitano podríamos haber reunido 70.000 espectadores. Entre el viaje y la menor taquilla esto nos ha costado cuatro millones de pesetas”.