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Llagostera

Isabel Tarragó: “No se nos hará grande, subimos para quedarnos”

Isabel Tarragó dirige un club de pueblo sin deudas y de éxito. Ha hecho historia junto a su marido, Oriol Alsina y está lista para el reto de jugar en una disputada Segunda División.

Actualizado a
Isabel Tarragó.
Carlos Mira

—¿Ha podido descansar desde que lograron el ascenso a Segunda?

—Para nada. Nos llaman desde Inglaterra, Francia... mucha gente quiere saber de nosotros y no nos podemos negar. Esto que nos ha pasado es increíble y estamos disfrutando al máximo. Pero ya sabe que sarna con gusto, no pica.

—¿Ya nota el cambio de categoría?

—Mucho. No paramos de tener reuniones, pero todo ello es beneficioso para nuestro futuro. Llevamos seis ascensos en nueve años y cada vez que subíamos teníamos que aprender cosas nuevas, pero llegar a la elite es otra cosa. Tenemos suerte que todos quieren de colaborar con los nuevos.

—¿Teme que se les quede grande la Segunda?

—Llevamos poco aquí, pero ya le aseguro que no se nos quedará grande. No se piense que venimos a darnos por vencidos ya desde el principio. Está claro que necesitaremos un período de adaptación, pero lo lograremos y presentaremos mucha batalla.

—¿Cómo ha visto a la gente del pueblo estos días?

— Están muy orgullosos y contentos. Cuando me paran siempre les digo que nos felicitamos mutuamente porque los padres de este ascenso somos todos. Tienen una ganas de ver al equipo ya jugando en Segunda.

—¿Qué piensa cuando ve los equipos a los que se va a enfrentar el curso que viene?

—Imagínese. Vendrán Betis, Valladolid, Osasuna, equipos que el año pasado jugaban contra Barça y Madrid. Es un orgullo increíble, pero aquí no nos vamos a empequeñecer. Vamos a ir a ganarles y a que todo el mundo vea que el Llagostera ha subido para quedarse.

—Se le nota optimista. ¿El objetivo es la salvación o es más ambiciosa?

—Somos realistas. Sabemos que el éxito estará en la salvación y no escondemos que bajar sería un fracaso.

—¿Se imagina emulando al Eibar?

—Es un espejo en el que mirarse, pero hay que saber quiénes somos.

—Su marido Oriol Alsina se ha marchado al Girona. ¿Le ha sido infiel?

—(Ríe) No. Él ha sido el alma del equipo durante todos los años de ascensos y sin él no se habría llegado hasta aquí, pero tenía un contrato firmado con el Girona y gracias que le dejaron acabar la temporada siendo nuestro entrenador. Si no hubiéramos subido ahora estaría en el Girona y no pasaría nada.

—¿No se le hará raro?

—Sí, pero por la noche nos encontraremos en casa y ahí el fútbol no entrará.

—El Leganés también ha ascendido con una mujer en la presidencia. ¿El futuro es suyo?

—Eso parece. Estamos rompiendo un poco la estadística. Cada vez hay más mujeres que se meten en este mundillo y nos estamos posicionando. Sabemos que es un mundo de hombres, pero vamos ganando en importancia y demostrando que lo sabemos hacer bien.

—¿Mantendrán la base del equipo que ha logrado el ascenso?

—La dirección deportiva decidirá, pero sí que la base será la gente de aquí porque es un premio que se han merecido. Estoy segura que tendremos un buen equipo y válido.