El empate entre Brasil y México abre un nuevo escenario para Croacia con el que no contaba. Ahora está obligada a ganar los dos partidos que le quedan. Primero a Camerún (para ponerse con tres puntos) y después a México, para sobrepasarla (eso, o empatar y esperar una hecatombe de Brasil ante Camerún en esa última jornada). Antes de las tablas entre Brasil y México podía permitirse una amplia victoria hoy ante Camerún (para salvar el goalaverage) y empatar ante México en la última jornada.

No gana Croacia para sustos. Primero fue un árbitro japonés (Nishimura para la historia) quien la desnudó en su partido inaugural ante Brasil. Días después, sus jugadores decidieron desnudarse por ellos mismos para liberar la tensión (y su anatomía) en la piscina del hotel y dos paparazzis (brasileños, claro) tomaron imágenes tras un arbusto. A los croatas no les sentó nada bien verse de esa guisa en todos los rincones del mundo. Como dijo Kovac: “¡Tenemos familia!”. Lo dijo antes de decretar el silenzio stampa.

Así llega Croacia al partido ante Camerún, que está llena de futbolistas de renombre en ligas como la turca, francesa o española y en la que ni siquiera un técnico alemán como Finke ha conseguido poner orden (ni dentro ni fuera del campo). Blandos atrás y con problemas para tener el balón, Finke cambiará al pulmón Enoh por Salli para solucionarlo. Etoo se lo pierde por lesión. Le sustituirá Aboubakar (16 goles esta temporada en el Lorient).

Kovac recupera a Mandzukic, su esperanza goleadora, tras cumplir su sanción. Sustituye a Jelavic. Será el primer partido de Rakitic como jugador del Barça. Sólo vale ganar.