NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Real Madrid - Borussia Dortmund

Jürgen Klopp contra el estado de depresión del Borussia Dortmund

Aubameyang y Weindenfeller no trabajaron en el equipo alemán por una gripe. Además Piszczek parecía que tenía sólo un golpe pero es duda para el partido por una sobrecarga.

Actualizado a
Jürgen Klopp contra el estado de depresión del Borussia Dortmund
AStv

Parece que una maldición sobrevino al Borussia tras alcanzar su cénit en la final de la Champions ante el Bayern. Una plaga de lesiones de larga duración (cinco hombres de aquel equipo titular a las que se unen la marcha de Götze) ha ido mermando al equipo, que se sostiene en su fe gracias al espíritu de Klopp. Pero harían falta cinco Klopps para sacar a la plantilla de la depresión. El derbi ante el Schalke también dejó secuelas. El lateral derecho Piszczeck subre una sobrecarga. Y ayer se supo que Weidenfeller y Aubameyang tienen gripe. Estos dos últimos llegaron con fiebre al entrenamiento en Brackel y fueron devueltos a casa por temor a un contagio. Klopp espera recuperarlos para el próximo miércoles…

El técnico intentó convertir el empate a cero ante el Schalke en un estímulo. El mismo Muro, la grada vertical (ya mítica) donde se hacinan miles de enfervorizados borussiens, pareció intuir que era el momento de alentar a unos jugadores cansados de remar río arriba, justo antes de la eliminatoria ante el Madrid. Cuando los futbolistas enfilaban el túnel de vestuarios, cabizbajos, abatidos, los gritos y cánticos del Muro les obligaron a retroceder, entrelazar sus manos y saludar repetidamente a esa parte de la grada. Klopp, advirtiendo la situación, ordenó que apagaran los monitores de televisión del vestuario donde deberían aparecer, una y otra vez, las ocasiones falladas en ese derbi, fue a dar la conferencia de prensa y al volver, mantuvo a sus hombres escuchando una de sus mejores arengas durante… ¡Una hora!

Esa proclama duró más que el mismo entrenamiento de ayer. Con el Borussia inmerso en una rueda de nueve partidos en 27 días que culminará después de la vuelta de los cuartos de la Champions, y en un día claro pero con un viento helador, Klopp no quiso castigar a sus hombres más de media hora. Se plantea el partido de mañana, en Stuttgart, como la sesión más dura antes de su viaje a Madrid. Habrá tiempo de mantener la segunda plaza en la Bundesliga ante el eterno rival, el Schalke. Con tanto contratiempo, ni tan siquiera informaciones como las de Bild, que critican al técnico por ser segundo sin haber ganado a ningún grande de Alemania (no lo hizo ante ninguno de los cuatro primeros de la tabla) arrancan un debate en contra suya o de sus jugadores. El año pasado Klopp retó a los suyos para jugar ante el Madrid (“no hay nada imposible”). Esta vez el reto es mayor: convertirse en héroes.