VALENCIA 1 - ATLÉTICO DE MADRID 1
Buen Valencia, mejor Courtois
El belga, excelso, detuvo todos los ataques del Valencia hasta el 93, cuando Postiga equilibró el 0-1 que había marcado Raúl García, su undécimo gol de la temporada.
Como se suceden los partidos en los que al Atleti ni le tiran, se nos empezaba a olvidar el fenómeno que tiene en la portería. El Valencia, al que Pizzi ha puesto a funcionar a cámara rápida respecto al fantasma con bola y todo que dejó Djukic, podrá presumir de que le creó a los de Simeone más ocasiones que casi nadie; pero hasta el último minuto del descuento dio la sensación de que le marcaría los mismos goles que casi todos: ninguno. De ello se encargó Courtois, que se merece una peregrinación multitudinaria de colchoneros a Londres para agradecerle al Chelsea que lo siga prestando. Una cada semana. Pero cuando Simeone ya se relamía con la victoria, Postiga dio vidilla a la eliminatoria con un gol en el 93’. Fue justo.
Porque el Valencia lució una intensidad olvidada. Con Parejo poniendo orden y todos los demás mordiendo, nunca se sintió inferior al equipo del momento. Fue fundamental en su crecimiento Mathieu, vencedor del duelo de locomotoras con Diego Costa, cuya presencia generaba pánico previo en Mestalla tras la exhibición en el enfrentamiento liguero.
Con Costa frenado y Arda en el banquillo, el Atleti bajó al fango en un duelo a garrotazos digno de Goya. Tan excitado iba el Valencia tras cualquier balón, que Filipe Luis y Diego Costa se fueron al descanso renqueantes, encendiendo las alarmas ya que el Barcelona espera el sábado. La cosa quedó en unos sustos y un par de moratones. Nada grave.
Pero el esfuerzo valencianista moría una y otra vez en los pies de Miranda y Alderweireld (cada día mejor). En este ambiente de sudor y roce físico digno de una discoteca en Nochevieja, se vio cómodo a Guilavogui, en su primera prueba seria. Bien colocado y ágil, sin complicarse ni esconderse y con alguna delicatessen técnica. Un prometedor aprobado. Así, sin mucho esfuerzo, las dos mejores ocasiones del primer tiempo fueron atléticas. Primero, Raúl García obligó a lucirse a Guaita y, ya al final, Diego Costa se lió al resolver un buen contraataque.
El panorama cambió tras el descanso, cuando el Valencia al fin unió carácter y acierto. Durante un cuarto de hora arrinconó al Atleti y Bernat provocó la primera gran parada de Courtois con un disparo lejano. Entonces, en el momento más complicado, Simeone recuperó el control a través de los cambios. No es la primera vez. Arda y Cebolla entraron por Guilavogui y Adrián y el Atleti agarró de nuevo la pelota. Mestalla volvió a cambiar su inclinación, ahora cayendo hacia Guaita.
El Atleti, como las buenas novias, no necesita ganarte las discusiones, le basta con irte guiando a una situación en la que tú te equivocas. Dices la palabra incorrecta y estás muerto. Eso sucedió en el minuto 72, cuando Guaita falló estrepitosamente al despejar un córner y allí apareció la cabeza sagrada de Raúl García para marcar el 0-1. Clos no se dejó liar por un juez de línea despistado y dio validez a un gol legal: no era fuera de juego. Es el undécimo tanto del navarro en lo que va de temporada y asoma como la baza inesperada del Cholo frente al Barça. Su curso es un escándalo.
Reacción
En una muestra de personalidad, el Valencia se levantó amarrado a Feghouli, talento voluble en fase de inspiración. Pero allí apareció, descomunal, Courtois. Primero un thibauting de foto a Canales, después una de reflejos a un disparo de Piatti que avanzó entre un mar de piernas y, de broche, una mano mágica a trallón cercano de Feghouli. Increíble. Pero el argelino no se vino abajo y en el último suspiro vio llegar a Postiga, solo en el segundo palo, y le regaló el empate. Tarde, pero merecido. Hay eliminatoria.