ATHLETIC 4 - CELTA 0
El Athletic se mete en octavos tras remontar con solvencia
Dos goles de Muniain, uno de Susaeta y otro de Aduriz sirvieron a los de Valverde para dar la vuelta al resultado adverso de la ida. El Betis será su rival en la siguiente ronda.
El Athletic es voraz, también quiere la Copa. Se medirá en octavos al Betis con la vuelta en San Mamés, con lo que supone de ventaja jugar en su estadio, talismán desde el estreno. El Celta, muy débil atrás, sólo se mantuvo con dignidad un cuarto de hora con diez. Iker Muniain se dio una gran fiesta de cumpleaños, le destrozó con dos goles y una asistencia a Aduriz, que selló el trámite.
Fue más fácil de lo esperado. También porque todo le sonrió y bastante tiene el Celta con pensar en la Liga. Había solicitado paciencia Valverde en la víspera para remontar la eliminatoria y su equipo entró en el partido sin lanzarse a lo loco hacia arriba. Se adueñó del balón con su rival replegado y tuvo la fortuna de marcar en la primera ocasión clara de que dispuso.
Txingurri había apostado por Muniain de mediapunta con Ibai en el extremo y no le pudo salir mejor. Robó Iker un balón en zona peligrosa, conectó con Ibai, éste con Aduriz y su dejada fue mandada a la red por el propio Muniain con un disparo de rosca desde fuera del área. Un gran regalo para su 21 cumpleaños. Con déficit en el disparo, sólo se le recordaban dos goles desde lejos, a Valencia y Deportivo. Al final, es casi tan importante la fe como el tobillo y el de La Txantrea tiene mucha ahora.
Luis Enrique había salido con un once muy atrevido (Mina, Charles y Nolito arriba), pero necesitaba posesión para hacer daño. Amagó el chaval con un zurdazo, pero Herrerín lo pasaba peor por sus nervios que por la proximidad celeste.
El Athletic se puso en ventaja en la eliminatoria con una acción eléctrica al filo del descanso. Ibai desbordó con decisión a Hugo Mallo, se sacó un centro muy bien tocado de zurda y Susaeta, también con la izquierda, robó la cartera a Toni para batir a un impotente Rubén Blanco. El chaval nada pudo hacer. Sólo calarse.
Roja injusta. Valverde, que relevó a Gurpegui por un golpe en el genmelo, pidió hacer el tercero y lo tuvo Ibai, que tocó madera. A Teixeira le dio un ataque de fiebre y expulsó de manera injusta a Mallo por segunda amarilla. Fue entonces cuando, con uno menos, el cuadro celeste mantuvo la compostura y, sin acercarse al área, inquietó a San Mamés.
Pero Iturraspe ahondó en la herida defensiva de un rival que se dejó al central Costas enfermo en el hotel. Metió un pase a Muniain, que no estaba en fuera de juego, y marcó con comodidad el 3-0 poco antes de la rúbrica de Aduriz.