Plebiscito en Heliópolis
El Lleida tiene poco que perder y eso juega a su favor hoy (19:30 C+ Multideporte/GolT) en casa del Betis y con gran tensión en la grada por la machar del equipo verdiblanco.
El resultado de la ida (1-2) y la condición de equipo de Segunda B del Lleida deberían traer tranquilidad al Betis, pero la presunta calma es más bien tensión para un colista que en Anoeta estrenó técnico liguero, Garrido, con un 5-1. La afición palpa que no era Mel sino la planificación deportiva el problema más patente de su equipo, y la poca que acuda al Villamarín (la hora, 19:30, no ayuda) mostrará con seguridad su descontento a la directiva verdiblanca, más pendiente de los movimientos de Lopera y/Oliver que de gobernar un equipo que deportivamente y en otros aspectos navega cada día más a la deriva.
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Garrido pidió implicación y también deslizó que habrá fichajes en el mercado invernal, pero mientras tanto sigue testando la capacidad de los futbolistas que fichó Stosic el pasado verano, cada partido que pasa más en entredicho. Pendiente, como debe ser, de la finalísima liguera del sábado ante el Almería, el técnico valenciano volverá a mezclar hoy presuntos titulares y suplentes con la vocación de que algunos jugadores se suban al carro, caso de Steinhöfer, que dejó un halo de esperanza ante el Rijeka que hoy, aunque sea también ante un rival menor, debería confirmar.
En el Lleida, poco o casi nada que perder y mucho que pescar en unas aguas que además bajan muy revueltas como las verdiblancas. El 1-2 de la ida permitirá a los futbolistas de Seligrat estirar las piernas y disfrutar de un escenario, el Benito Villamarín, al que no están acostumbrados. Por escribir, la historia de David y Goliat, que tantas veces se repite en torneos como la Copa.
