Sant Andreu - Atlético de Madrid
Patxi Salinas: “Simeone y Guardiola son los mejores"
Salinas (Bilbao, 1963) es el técnico del Sant Andreu, rival del Atleti mañana. Como jugador ganó dos Ligas y una Copa con el Athletic y ahora labra su camino en los banquillos.
—¿Cómo prepara un equipo de Segunda B un partido ante el club más en forma de la Liga?
—A nivel táctico hay que preparar mucho. Enviamos a un scouting a Madrid a verlos jugar ante el Getafe y cuando nos trajo el vídeo, nos dijimos: ‘¿Por dónde empezamos?’. Hay que jugar replegados, y a partir de ahí, comenzar a salir. Para mí es la semana más tranquila del año en cuanto a motivación. Todos darán el máximo porque no volverán a jugar un partido así.
—¿Cuál es el principal mérito de Simeone?
—Simeone y Guardiola son los mejores técnicos del mundo. Cada uno con su estilo. Simeone ha dotado a este equipo de una intensidad y agresividad que le hacen inigualable. Su mensaje ha calado: van partido a partido. Les ha inculcado su carácter y el equipo ha creído en él. Es un campeón humilde.
—Usted ya se midió a él de jugador. ¿Cree que entrena como jugaba?
—A nosotros, en Bilbao, nos viene a la cabeza su encontronado con Julen Guerrero. Pero a un jugador que ha disputado más de 500 partidos, no se le puede juzgar por una acción. Para mí es de los jugadores más importantes de la historia, un futbolista de club, con instinto ganador, y como entrenador logra transmitir lo que fue como futbolista.
—¿Cree que este Atlético puede ganar la Liga?
—Lo tengo en el corazón. Mi ídolo fue Pereira, luego Futre y también Artetxe. Ojalá la gane, porque ha hecho bien las cosas. Si no la gana ahora, no lo hará nunca. Tiene equipo para ello.
—Si tuviese que quedarse con dos jugadores del Atlético, ¿quiénes serían?
—Villa y Diego Costa.
—¿Por qué Villa?
—Es un grande. Me transmite buen rollo. Se adapta a cualquier equipo y se ha sabido amoldar al Atlético, se ha puesto el mono de trabajo.
—Antes del Sant Andreu, usted estuvo en Malta. ¿Cómo fue aquéllo?
—Me fui a Malta en avión, sin saber inglés, a buscarme la vida. Vivía con dos coreanos y una turca, me apunté a un colegio de inglés y cuando llevaba dos meses allí empecé a echar currículums. Me contrató un equipo para llevar a sus juveniles, sin cobrar, pero a los dos meses echan al entrenador del primer equipo, ya que iban últimos, y me nombran a mí. Era la Premier League de Malta.
—¿Y qué tal a nivel deportivo?
—No hay nada. Viajábamos en autobús de línea. No hay campo propio, sino que sólo hay tres en la ciudad. Los árbitrajes eran nefastos. Yo entrenaba en un tercio de campo y los jugadores se duchaban en casa. Algunos llegaban 30 minutos antes de los partidos, con una fanta de naranja y un bocadillo de mortadela o de chorizo porque venían de trabajar. Me decían, ‘Sorry, coach’. ¡A ver qué charlas les hacía yo! No teníamos nada, pero era muy feliz. Volvería si la Liga tuviera más nivel.
—¿Hasta dónde quiere llegar usted como entrenador?
—Cuanto menos tienes eres más feliz. Tengo el cariño de todos. Mi meta como entrenador es llegar a lo máximo, está claro. Me gustaría ser Simeone o Guardiola.
—¿Qué destaca del CE Sant Andreu?
—Es un club familiar, gente cercana, te tomas una caña con los aficionados y todo son siempre palmadas. Vivo detrás del campo, así que los aficionados me tienen cerca.
—¿Tiene jugadores profesionales?
—Es imposible vivir de esto en Segunda B. Los sueldos no llegan y ahí gente que sólo cobra 250 euros. Hace 10 años se pagaba muchísimo dinero.