Michel Platini
“En las finales sería mejor el gol de oro que la tanda de penaltis”
CAPÍTULO 3 | En esta última entrega de la entrevista, el presidente de la UEFA repasa su etapa como jugador, habla de la polémica con el orsay y recuerda la tragedia de Heysel.
—¿Es factible el viejo proyecto de la Liga Europea, un partido de Champions cada domingo?
—No lo veo posible a corto ni a medio plazo, porque no es fácil sacar al Real Madrid y al Barcelona de la Liga, y así con los dos equipos más importantes de cada país. ¿Qué pasaría con los otros equipos españoles? El campeonato estaría muerto. Y así en todas partes. No quieren las federaciones, ni las ligas.
—¿Imposible entonces?
—Por ahora sí. Es muy complicado, porque una de las bases del fútbol son los ascensos y descensos, y no sería fácil de organizar. Puede ser que los grandes clubes le pidan a la UEFA algún día que organice una Super Liga Europea, pero no lo veo cerca. Supongo que en cualquier momento se retomará la discusión, como pasa siempre.
—¿No cree que el campeón de Copa tiene más derecho a jugar la Champions que el tercero de la Liga?
—Sí, lo creo. Estoy de acuerdo con esta propuesta, que muchas veces hemos debatido. Pero a la hora de la votación son mayoría los países que no quieren ceder una plaza de las ligas para el campeón de las copas. En España la Copa tiene tradición, y también en otros países importantes. Pero no en todos. En algunos ni siquiera hay Copa... En fin, la UEFA es democrática y el voto es claro. Esta idea la apoyamos el presidente Villar, yo y pocos más.
—¿La Champions es la mejor competición del mundo?
—Es la mejor competición de clubes del mundo, sí. Sin ninguna duda.
—¿En qué se puede mejorar la Champions?
—No es fácil, es casi perfecta. Cambiamos las reglas de la Champions hace cinco años y nos va muy bien a todos, a toda Europa, con el nuevo formato. Yo creo que la actual Champions es de verdad una copa de campeones, que es lo que debe ser.
—¿Qué le parece el sistema de la tanda de penaltis para decidir las finales?
—Yo creo que el gol de oro era mejor, pero tampoco en esto logré la mayoría. Hace algunos años, doce, lo votamos todas las federaciones nacionales, y no prosperó.
—¿Y no sería mejor un partido de desempate?
—Es muy difícil, casi imposible. Porque a la gente le gusta la emoción de los penaltis, y también es un espectáculo muy televisivo.
—Usted tuvo buenas y malas experiencias con los penaltis. ¿Recuerda una tanda con su equipo, la Juve, frente al Madrid en la que animó a Míchel a fallar su lanzamiento porque él tendría más ocasiones que usted de ganar la Copa de Europa? Usted tenía entonces 31 años y Míchel 23...
—Recuerdo vagamente ese partido. No sé, no me acuerdo muy bien de la situación que describe. Pero conociéndome es posible que le dijera algo así, como broma, como truco... Si Míchel marcó el penalti es que no me escuchó... No hablo mucho de lo que pasa sobre el campo. Es un código no escrito de los futbolistas. (El 5 de noviembre de 1986, el Real Madrid visitó a la Juventus en Turín en una eliminatoria de la Copa de Europa. Cabrini igualó la ventaja que traía el Madrid con un gol de Butragueño en el Bernabéu. El partido terminó en los penaltis. Cuando le tocaba tirar a Míchel, Platini se le acercó y le dijo: “Si fallas no pasa nada. Eres joven y juegas en un gran equipo. Tendrás más ocasiones para intentar ganar la Copa de Europa. Para mí la de hoy es la última ocasión de volver a lograrlo”. Platini trató de poner nervioso a Míchel, que marcó su penalti. El Madrid ganó en la tanda y pasó la eliminatoria. Luego eliminó al Estrella Roja y cayó frente al Bayern en semifinales. Míchel nunca ganó la Copa de Europa como jugador. Platini se retiró al año siguiente, con la Copa de Europa que ganó en 1985).
—Felicidades por pasar la final de la Copa de Europa de los miércoles a los sábados, especialmente de parte de todos los niños del mundo que aman el fútbol y tienen que ir al colegio los jueves.
—Muchas gracias. Lo hicimos pensando mucho en ellos, sí. (Platini sonríe de nuevo, y se muestra feliz de esta decisión).
—Usted prácticamente ganó solo la Eurocopa del 84 (con 9 goles) y fue tres años máximo goleador en Italia. ¿Cómo se ve Platini a Platini?
—Me acuerdo de mí etapa como jugador por los recuerdos de la gente, por lo que me dicen por la calle. Cada aficionado tiene sus ídolos. El mío era Cruyff, el de las generaciones recientes puede ser Zidane. Muchos recuerdan a Maradona, y algunos seguidores me recuerdan a mí. Cada uno tiene su rinconcito. Comparar a Maradona con Cruyff, a Pelé con Messi o a Platini con Zidane no tiene sentido. Fuimos todos distintos. Nadie hace comparaciones entre Julio Iglesias y los Rolling Stones, a nadie se le ocurre esto.
—¿Tuvo alguna oferta para venir al fútbol español? ¿Por qué se decidió por la Juve?
—Sí, Di Stéfano vino a verme y quiso ficharme para el Valencia. Don Alfredo fue a verme jugar con el Nancy un par de veces y quiso ficharme para su equipo. Yo no quise ir. Era muy joven. Tenía 21 años. En ese momento ir a otro club era una aventura, no es como ahora. Después fui a jugar un torneo a Valencia con el Nancy. También estaba el Peñarol. Allí un aficionado me gritó un día ‘Platini, burro’. Y yo pensé, qué insultos más raros tienen los españoles. Porque ‘burro’ en italiano es mantequilla. Luego pregunté y me enteré de lo que era un burro, y sobre todo de lo que significaba.
—¿Qué derrota contra Alemania fue más amarga, la de los penaltis en España 82 o la del Mundial de México 86?
—Los dos momentos que me citan fueron amargos, pero la semifinal de Sevilla en 1982 fue uno de los momentos más duros y a la vez más felices de mi vida como jugador. Fue un partido épico. Viví las dos horas más extraordinarias de mi existencia. En ese lapso tuve todas las sensaciones que un hombre puede experimentar en una vida. Dos horas en las que pasé de la alegría a la tristeza, del odio a la felicidad, de la risa a las lágrimas. La gente lloraba en las gradas tras el drama de los penaltis, nosotros sobre el campo también. En México 86 fue distinto. Éramos el mejor equipo del mundo. Habíamos ganado la Eurocopa del 84, yo estaba en plenitud... Creo que Francia debió ganar la Copa del Mundo de México en 1986, pero las lesiones de Tigana, Giresse, la mía... no hubo suerte con eso. Veníamos de eliminar a Italia y Brasil, y perdimos contra Alemania, que siendo una gran selección era nueve veces menos equipo que aquella Francia. Pero... así es el fútbol. La diferencia entre el 82 y el 86 es que la gente recuerda cada minuto del primer partido, y del segundo sólo del resultado. (El Francia-Alemania del Mundial de 1982 es recordado como ‘La batalla de Sevilla’. El partido terminó 1-1, Francia marcó dos goles durante la prórroga. Alemania no se rindió y logró otros dos goles también en la prórroga para volver a igualar el partido. La prórroga terminó 3-3, y los alemanes ganaron por penaltis 5-4, clasificándose nuevamente a la final del torneo, en la que perdieron contra Italia).
—¿Su mejor recuerdo fue la victoria contra España en la final de la Eurocopa de 1984?
—Es uno de mis grandes momentos, sí. Pero estoy hablando con ustedes, que son españoles, y no me extenderé (se vuelve a reír Platini). También gané la Copa de Europa con la Juventus en Bruselas, aunque eso quedó empañado por siempre por la tragedia en el estadio, en Heysel.
—¿Qué recuerdo le queda de la final de Heysel? ¿Sabían los jugadores lo que estaba pasando?
—Llegamos a esa final con la amargura de haber perdido dos años antes la final de la Copa de Europa contra el Hamburgo, en Atenas, por lo que todos los seguidores de la Juventus esperaban impacientes nuestra victoria. Debíamos vencer a toda costa. Hasta después del partido los jugadores no tuvimos constancia del alcance de la tragedia. Fue un palo durísimo. Al día siguiente, junto a mi foto en la portada de ‘Libération’ leí todo lo que había pasado. Se me cayó el mundo encima. Hubo 39 muertos, 32 de ellos seguidores de la Juve, y más de seiscientos heridos. Después de la final visité a muchos de ellos, a todos los que pude, en los hospitales de Bruselas. En ese partido comenzó mi declive, mi estancamiento emocional. Tenía 32 años, no eran tantos. Pero a partir de Heysel todo cambió en mi cabeza. Perdí la ilusión por jugar. Pude seguir un año y medio más, pero ya no pude olvidar. Fue el momento más difícil de mi carrera. Prefiero no volver sobre eso, si son tan amables...
—Cambiemos el tercio, ¿qué reglas del fútbol cree que debe introducir o modificar la Internacional Board?
—Yo trabajé para mejorar el juego pidiendo tres cambios: la prohibición del pase atrás al portero, la tarjeta roja para el último defensa y la introducción de los jueces de área, una propuesta que aceptó la Internacional Board. Creo que he hecho bastante por mejorar el juego con estos cambios de normas.
—¿Cambiaría algo más?
—Cambiaría también el sistema de amonestaciones, de las tarjetas. Lo haría como en el rugby, castigando al infractor con diez o quince minutos fuera del partido. Así el beneficio sería para el equipo contra el que se juega, en el mismo partido. Eso en vez de una sanción por tarjetas que se cumple contra un tercer equipo, frente al siguiente en el calendario. Es una idea, ahora hay que madurarla y ver si realmente es algo bueno para el juego. Es una propuesta para explorar.
—¿Y qué opina del triple castigo para las jugadas en las que el portero comete penalti? La expulsión, el penalti y la sanción posterior por la tarjeta roja.
—Me parece excesivo. El penalti es sí mismo ya es bastante castigo. Creo que es algo en lo que todos en la FIFA y en la UEFA estamos de acuerdo, pero uno o dos países de los que integran la Internacional Board no quieren cambiar.
—En España hemos tenido demasiada confusión con el fuera de juego posicional. Hace poco se llegó a un caso extremo. En el Granada-Levante, Iturra, del Granada, se colocó entre la barrera y el portero del Levante, Keylor Navas, para estorbarle. Piti lanzó el golpe franco y marcó el gol que dio la victoria al Granada. El árbitro, Clos Gómez, concedió el tanto.
—Sí, estoy al tanto de lo que sucedió. Conozco la jugada. Hay un confusión con el fuera de juego posicional, y debemos analizarlo con la FIFA y resolver este lío. (A los pocos días de esta entrevista con Platini, el presidente del Comité técnico de árbitros de España, Manuel Díaz Vega, tuvo que rectificar y aceptar como fuera de juego cuando un jugador se sitúa en una posición adelantada en la trayectoria entre el balón y el portero, obstruyendo la visión del guardameta).
—¿Qué jugador actual le gusta a Platini?
—Hoy en día hay dos muy grandes: Cristiano Ronaldo y Messi, o Messi y Cristiano Ronaldo, como prefieran. Son muy diferentes, pero fantásticos los dos. Pero un solo jugador no hace un equipo...
—Si fuera entrenador, ¿a cuál de los dos escogería?
—Depende del juego que quiera hacer mi equipo, de los jugadores que tenga ya el equipo, de su sistema de juego... de muchos factores. Messi le va al juego del Barcelona tanto como Cristiano al del Madrid. Son magníficos ambos.
—Un español, Marcial, era capaz de marcar de golpe franco con la derecha y con la zurda. ¿Lo hizo Platini alguna vez?
—No, eso es muy difícil. Yo en los golpes francos usaba sólo la derecha. Ahora ya uso las dos, pero para caminar...