El Celta ante un tornado

En 2011 Luis Enrique era el hombre de moda, el nuevo Guardiola, tras tres cursos brillantes en el Barça B. Gil Marín vio en él al entrenador ideal para un Atleti de nuevo a la deriva. Descartó a Caparrós (la apuesta de Cerezo), le cortejó sin descanso y le dio una segunda oportunidad cuando por unos días se tambaleó su ya apalabrado fichaje por el Roma. Finalmente, el asturiano eligió Italia y los rojiblancos acabaron con Manzano, solución de compromiso condenada de inicio. En Navidad estaba fuera y el Atleti recurría a Simeone como solución de urgencia. El resto es historia.

Es improbable que el mesías rojiblanco hubiera llegado tan pronto de estar Luis Enrique, al que se garantizaba paciencia. Hoy el asturiano, cuya aventura romana duró un año, visita el Calderón con un Celta que no da lo que promete. Lleva cinco partidos sin ganar y le cuesta hacer goles, pese a tener un buen nueve como Charles y un mediocampo (Oubiña, Álex López, Augusto y Rafinha) con nivel de zona europea. Mal rival el Atleti, equipo menos goleado, para aliviar dudas.

Los fijos. Simeone repite el once del Bernabéu con la única novedad del regreso de Mario ante la baja de última hora de Tiago (gastroenteritis). Los focos estarán en la delantera. Villa necesita un buen partido que calme el runrún y Diego Costa es el hombre del momento. Que España y Brasil se peleen por ti te pone en órbita. Así, el Atleti persigue su décimo triunfo seguido ante el técnico que, sin saberlo, pudo ser el origen de todo. C’est la vie.