NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID 1 - ATLÉTICO 2 | EL ANÁLISIS DEL ATLÉTICO

El uno por uno del campeón: la fe siempre mueve montañas

El Atlético ganó la Copa gracias a los goles de Diego Costa y Miranda, por su fe y casta y también por algo de suerte con los postes. Simeone es el artífice de esta gran obra.

Los jugadores del Atlético de Madrid celebran su victoria ante el Real Madrid en la final de la Copa del Rey, esta noche en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.
Juanjo MartínEFE

El Atlético de Madrid se proclamó brillante campeón de la Copa gracias a los goles de Diego Costa y Miranda (muy similar a aquel de Pantic en La Romareda al Barcelona en la Copa del 96), pero también merced a su casta, a un ritmo infatigable y a su fe. Pudo haber caído por las innumerables ocasiones del Madrid (tres palos) y no desfalleció. Courtois y Diego Costa fueron los mejores, sin olvidar el gran trabajo colectivo y, sobre todo, la labor realizada en el centro del campo. La Décima ya está aquí.

Courtois: Decisivo. Partido de matrícula de honor. Su parada a Higuaín en la prórroga y su salvadora mano ante Özil en boca de gol pasarán a la historia del Atlético. Se mostró muy seguro en todo momento. En el tanto de Cristiano no pudo hacer nada. Tuvo suerte al ver cómo el Madrid estrelló tres balones en sus palos.

Juanfran: Se dejó el alma. Incluso lesionado. Empezó mal en la salida del balón y abusó algo del balón largo, pero en defensa estuvo siempre muy concentrado. Mejoró con el paso de los minutos y salvó un gol clave de Özil a bocajarro. Muy valiente. Casi se tiene que retirar tras una jugada con Cristiano. Aguantó como un jabato.

Miranda: Tapó muy bien a Benzema. Estuvo muy rápido al corte y mandó por arriba. Pero si por algo pasará a la historia fue por ser el autor del segundo y decisivo gol de cabeza. Gran remate. Su único punto negro fue que falló al salir a tapar a Cristiano en la banda en una jugada y ese agujero le pudo costar un gol, pero Benzema y Özil fallaron. Con ese gol se le perdona todo.

Godín: Con el paso del tiempo mejoró y mostró su jerarquía. Bien colocado y contundente. Por arriba se mostró seguro. Es uno de los pilares. Aun así, no se puede ocultar que falló en el gol de cabeza de Cristiano y luego en una acción con Higuaín en la prórroga que pudo costar el 2-2 a su equipo. Estuvo blando en un momento decisivo. Miranda le tapó varias veces.

Filipe Luis: Está en forma. De lo mejor del Atlético. Muy maduro. Supo cuándo atacar y cuándo guardar la posición. No perdió el sitio en ningún momento clave, defendió con mucho rigor y se incorporó a la línea del medio campo con seguridad y estilo. En una de esas jugadas, ya en la segunda mitad, casi marca en el segundo palo.

Mario Suárez: De menos a más. Empezó perdiendo demasiados balones y acabó como el dueño del centro del campo. Gran sacrificio y contundente en los balones divididos. Fue el pulmón del equipo. Fue impresionante ver cómo presionaba con la misma fuerza en el último minuto que en el primero. Tuvo mucha autoridad y se comió a Khedira. Sobresaliente.

Gabi: Duro y trabajador. Imprimió carácter al equipo y aportó una labor de contención fabulosa. Además, le dio para descolgarse en ataque con mucho sentido. Tapó bien a Xabi Alonso y supo escalonarse bien con Mario y Koke para tapar las líneas de pase y pno dejar muchos espacios a la espalda para Özil.

Koke: En el arranque del partido se mostró perdido y fallón en las jugadas a balón parado. En la segunda parte fue otro, sin fallos, y mostró un buen nivel físico y dejó detalles técnicos de mucho nivel. Acabó sin oxígeno tras ir de área a área sin descanso. Partidazo el suyo. Enganchó bien con Arda y Diego Costa. Fue sustituido en el minuto 112.

Arda: Con mucha personalidad. Dio la cara, la quiso y la jugó. Mostró poderío cuando peor estaban las cosas y sus compañeros más le necesitaban. Se esforzó y sacrificó en defensa para tapar a Essien y aguantó físicamente hasta la prórroga. Al Atlético le faltó más posesión en campo ajeno para ver su buena visión de juego. Gran complemento de Diego Costa.

Diego Costa: El mejor. Hizo sufrir a Coentrao al pegarse a la banda derecha. Luchó cada balón como si fuera el último. En el primer gol, hizo un desmarque perfecto, dejó correr el balón con acierto y su definición, difícil, fue la mejor posible con su pierna menos buena. Se fue ovacionado por su desgaste. Es un jugador de muchos quilates. Si Falcao es bueno; él no es peor.

Falcao: Su primera media hora no fue buena y recordó al que lleva atascado este último tramo de Liga. Sin embargo, acabó desquiciando a Albiol y Sergio Ramos con sus continuos desmarques y caídas a banda. Jugó demasiado lejos del área y así no pudo brillar en el remate, su especialidad. Se fue entonando hasta elaborar una jugada decisiva en la que sacó a Albiol de su sitio, para dar un pase clave al hueco a Diego Costa. Fue una jugada clave.

Adrián: Salió en el minuto 105 por Diego Costa. Se metió entre los jugadores del centro del campo para ayudar en defensa en la segunda parte de la prórroga. No tuvo casi tiempo para mostrar su clase ya que el Atlético se quitó el balón de encima en la parte final del partido. Cuando tuvo el balón lo escondió con mucho sentido.

Cebolla: Jugó los minutos finales. Cumplió a la perfección con su labor, que no fue otra que pedirla y llevarla hasta la banda para que corriera el reloj sin peligro. Aprovechó su frescura para encarar en ataque y para cerrar la banda izquierda en defensa impidiendo los centros al área del Madrid a la desesperada.

Raúl García: Entró por Koke a ocho minutos del final para dar frescura al centro del campo del Atlético. En la línea de sus compañeros. Se dejó todo lo que tenía dentro por guardar la renta.

Simeone: Más que el planteamiento, formidable en el primer tiempo, supo inculcar por encima de todo una actitud encomiable durante 120 minutos. Vivió el partido como un jugador más y eso, contagia a la grada y a sus jugadores. No se le puede echar en cara el gol de estrategia del Madrid porque fue un fallo individual en el marcaje. Su aportación roza la perfección. El Atlético vuelve a sentirse un grande gracias a su amor propio.