Roger Davies: "Veo al Madrid en la final con el espíritu de 1975"

En la ida nos entró todo, lo hicimos todo bien. Charlie George consiguió un hat-trick y pudo haber conseguido un cuarto. La afición nos llevó en volandas y el Madrid no fue el Madrid de siempre. Además, nos beneficiaron un par de decisiones arbitrales. Pirri marcó, pero lo anularon injustamente por un fuera de juego que no era. Al final, el 4-1 parecía definitivo. 

Y saltaron al Bernabéu...

La noche anterior, entrenamos y se nos veía relajados. No diría demasiado, pero nos fijábamos en cosas que si hubiéramos necesitado de un resultado diferente igual ni le hubiéramos dado importancia. Celebramos que estábamos en Madrid, en España, que íbamos a jugar en el legendario Bernabéu. Había respeto, pero confianza. El mismo día del encuentro nos fuimos de paseo por la ciudad, que nos encantó. Nos cambiamos, la atmósfera era cada vez más eléctrica y salimos al campo. No he visto, no he oído nada igual ni antes, ni desde entonces.

El ruido del Bernabéu.

110.000 gargantas gritando, sin parar, incesante. Un ruido constante. Increíble. Nunca ninguno de nosotros vivimos nada igual. Aún lo comentamos. Y, te lo juro, aún oigo ese ruido brutal.

Ustedes salieron con la idea de jugar del mismo modo.

Nuestro entrenador, Dave MacKay, nos animó a que saliéramos con el mismo espíritu. Nos dijo que si jugábamos como sabíamos, pasaríamos la eliminatoria. No se hablaba mucho de táctica por entonces. Y acabamos la primera parte con 1-0 en contra, no nos iba mal. Pese al ruido. Ah, y pese a un par de decisiones arbitrales en contra nuestra. Un penalti que nos debieron dar por ejemplo, lo que pasó en nuestra casa pero al revés. 

Y al descanso todo cambió.

Nos atacaron como si faltara un minuto para el final. Nos tuvimos que echar atrás. Pero incluso marcamos un gol que dejaba la cosa todavía factible, 3-1. Recuerdo que, con ese resultado, Charlie centró y me faltaron unos centímetros para poder rematar. Igual en casa hubiera llegado. Esos centímetros se los había apropiado el Madrid. Parecía que nos habíamos congelado ante la presión del estadio

Y el ruido continuaba...

La gente, sentada en esos asientos de cemento que parecía que no se acababan nunca, estuvo siempre encima. Solo he oído ese ambiente en el Kop, en Anfield, cuando cantan el You Never Walk Alone.

¿Cómo se vivió la eliminación en el vestuario?

En total silencio. Nadie dijo nada. No nos lo podíamos creer. Nos cambiábamos y nadie dijo ni mu.

Les eliminaron en la prórroga tras el 4-1 en los noventa minutos, pero usted se pudo vengar la temporada siguiente...

Yo les digo a mis hijos, jugué contra Camacho, contra Del Bosque, presumo, claro. Pero duermo mejor después de eliminarlos de la Copa de Europa en el curso siguiente con el Brujas, que me fichó.

¿Cree que el Real Madrid le puede dar la vuelta al resultado de ida ante el Borussia?

Así como no veo al Barcelona haciéndolo, sé que el Madrid puede recuperar el espíritu del 75 y pasar a la final.