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Real Madrid - Borussia

Santillana: "Si el Borussia no tiene miedo, peor para ellos"

Carlos Alonso, Santillana, fue el factor común de las remontadas de los años 80. Sólo faltó a su cita con el gol ante el Anderlecht. "Cosa rara", reconoce entre risas.

Actualizado a
Santillana.

¿Cómo empezó la leyenda de las remontadas?

Con el Derby County en la 75-76. Perdimos 4-1 allí y en el Bernabéu igualamos ese resultado, nos fuimos a la prórroga y marcamos otro. Ahí empezó a significar algo una remontada y fue con la ayuda del público. Cabían 120.000 personas en el Bernabéu y te hacían dejarte el alma. Presionábamos arriba, entrábamos fuerte porque entonces los árbitros te dejaban... Y jugando mejor o peor le decíamos al equipo rival: "¡Eh, aquí estamos!".

¿Cómo fueron sus goles?

Tendría 23 años. Fue súper especial. Metí el tercero. Una falta lateral por la derecha que sacó Netzer muy rápido. Y me tiré en plancha con todo para rematar de cabeza. Y luego el gol de la victoria, que fue la leche, en la prórroga. El mejor que marqué en mi vida. En el fondo norte. Un pase de Del Bosque. La paré con el pecho, sin dejarla caer le hice un sombrero a un defensa y le pegué de volea con la izquierda. ¡No vea la que se montó!

¿Sí?

Es el partido más electrizante que recuerdo. Se juntaron muchas cosas, porque en aquella época Fraga había tenido un rifirrafe con el Gobierno inglés hablando de Gibraltar. Y el ambiente estaba cargadito. La afición es vital en este tipo de partidos. Con su ayuda podemos darle la vuelta a la tortilla.

En los 80 tomaron las remontadas como una costumbre...

Teníamos mucha confianza en el Bernabéu. Lo que nos hizo el Borussia en Dortmund es lo que nosotros tenemos que hacerles aquí. ¿Y por qué no les vamos a meter tres o cuatro? Yo soy del Madrid de antes. Cuando perdíamos por mucho fuera ya nos conjurábamos en la misma ducha. Antes Amancio, Pirri, Velázquez... Luego Juanito, Camacho, Stielike, San José, yo mismo. El coraje y la rabia que teníamos nos hacía reaccionar. Yo marqué en todas las remontadas menos en una, el 6-1 al Anderlecht, donde curiosamente no hice gol. Cosa rara (risas).

¿Cómo lo hacían?

Teníamos muy buen equipo para jugar en casa. Las bandas estaban abiertas con Míchel y Gordillo, que centraban muy bien, gente como Valdano y yo que íbamos muy bien de cabeza, para hacer paredes por el centro teníamos al Buitre con Míchel o Martín Vázquez o antes Juanito... Poníamos calidad, y es la que tienen que poner ahora Benzema, Özil y Cristiano. ¿Quién estuvo bien en Dortmund? Lewandowski, Götze, Reus y Gündogan... Justo los que tenían que estar bien. Y además metieron la pierna. Por eso nos ganaron. Esfuerzo y calidad. Ahora al Madrid le toca arriesgar.

Al Inter le remontaron un par de veces, ¿no?

Bueno, es que yo no sé ni las veces que jugamos contra ellos. Ya éramos casi amigos. Allí estaba el hermano de Baresi, Rummenigge, Altobelli, Bergomi... Unos jugadorazos.

¿Se le daba a usted bien el Inter de Milán?

Pues mire, en las semifinales de la UEFA de la 84-85, que fue un 2-0 en Milán y un 3-0 en Madrid, yo marqué los dos primeros y luego ganamos el título al Videoton. Y en las semifinales de la 85-86 que fue 3-1 en Milán y luego 5-1, tras la prórroga en el Bernabéu, yo marqué los dos últimos. Hugo (Sánchez) había forzado la prórroga.

¿En qué circunstancias dijo Juanito lo de los 90 minuti...?

(Risas). Fue en las semifinales de la UEFA de la 85-86. La del 3-1 y luego el 5-1 en la prórroga. Usted sabe que en San Siro antes había un pasillo enorme del campo a los vestuarios. Por lo menos 50 metros o más. Y para allá que íbamos los dos equipos. Y los italianos iban riéndose. Y Juanito, que tenía mucha casta y tenía el mismo cabreo que todos se acercó y les dijo: "Espera, espera, que 90 minuti en el Bernabéu son molto longos". Y lo dijo en un perfecto 'spanish-italian...'.

¿Abanderaba él aquellas remontadas?

Es lo que ahora se llama el espíritu de Juanito, ¿no? No era más que hablar mucho unos con otros: "Vamos a apretar, vamos a hacer cosas...". Él era especialmente activo, como Camacho o yo, los que teníamos la capitanía. Pero Juan era el que tenía más temperamento.

En aquella UEFA de 1985-86 vivieron otra eliminatoria épica ante el Moenchengladbach...

Para mí fue, sin duda, la más emocionante. Habíamos perdido en Alemania 5-1 y pudimos ganar 4-0 en casa. El campo estaba a reventar. Y nos faltaba un gol llegando al final. Y en estas que marqué en el último minuto. Imagínese esas 120.000 personas chillando. Yo aún digo que aquel gol lo metió el público. Fue un balón muerto que quedó en el área tras un saque de banda. Un barullo. Y yo fui metiéndola poco a poco. No me pregunte cómo. Ya había marcado yo el de antes, el 3-0. Ese sí fue bonito. De volea.

¿Cómo lo celebró?

Una cosa de locos. Todos se tiraron encima de mí. El 4-0 en el último minuto después de un 5-1. ¡Y eso es lo que tiene que pasar el martes! Ese partido creó mucha afición. Contra esos alemanes que nos pasaron por encima en Moenchengladbach. ¿Sabe? Hacía tiempo que no nos pasaba lo del martes y el miércoles con el fútbol alemán. En mi época eran mucho más fuertes que nosotros físicamente. La raza nuestra ha evolucionado, gracias a Dios (risas).

¿Cómo cree que debe jugar el Madrid el martes?

Pues con la cabeza fría a pesar de todo. No se pueden dejar llevar, porque el Borussia tiene muy buenos jugadores y en cualquier momento te hacen un gol a la contra. La comunión entre el público y los jugadores va a existir. Pero ellos tienen que poner la actitud para que el público se entregue. Luego se podrá jugar mejor o peor, pero apretando habrá posibilidades. Presión psicológica y física.

Lo que Valdano llamó miedo escénico...

Hombre, en mi época sabían que venían al Bernabéu a sufrir con cualquier resultado. Estoy seguro que el Borussia Dortmund pensará eso. Y si los alemanes vienen sin miedo, pues peor para ellos. Porque estoy convencido de que el Real Madrid les puede ganar la eliminatoria si se despistan.