La doble moral de Hoeness sacude la Bundesliga

El escándalo por el Caso Hoeness es mayúsculo en Alemania. El presidente del Bayern reconocía ayer en la revista bisemanal Focus que tenía una cuenta en Suiza, que  por consejo de su asesor fiscal estaba regularizando sus cuentas desde el mes de enero y que ya llevaba devueltos al fisco alemán cerca de cinco millones de euros. La ley germana prevé que los evasores de capital, si se entregan antes de que los pillen y pagan la multa por las buenas confesando el delito, la cosa no pasa a mayores. No obstante, en Alemania pocos son los que se creen a Hoeness y diversos medios financieros consideran que la confesión del presidente del Bayern es una cortina de humo para tapar un delito mucho más grave, ante el que no vale arrepentimiento. Se habla de más de 600 millones de euros en Suiza. Si se confirmara, la pena mínima sería de cuatro años de cárcel.

La principal duda reside en el medio que Hoeness ha elegido para confesar. La revista Focus es propiedad de un directivo del Bayern e íntimo amigo de Uli. Se interpreta que la versión de este medio amigo es mucho más dulce que la que saldrá hoy en los diarios.

Pero lo que más indigna por Alemania es que Hoeness, a la sazón uno de los peces gordos del partido de Angela Merkel en Baviera, lleve años quejándose de la falta de rigor financiero de todo aquel que no sea el Bayern, especialmente si se trata de un equipo español. Puede que no le faltara razón en su queja, pero le faltó predicar con el ejemplo.