El PSG suma y sigue en la liga con un 11 lleno de suplentes

Las rotaciones que introdujo Carlo Ancelotti en el once del Paris Saint-Germain pensando en el partido del miércoles frente al Barcelona –dejó en el banco a Lucas Moura, Lavezzi y Pastore, entre otros– no impidieron que los parisinos dieran un paso más hacia el título de la Ligue1, aunque sí que afectaron al juego y la concentración del equipo. Ménez e Ibrahimovic anotaron los goles del PSG, que sufrió para contener las embestidas finales del Rennes.

La primera parte del choque que se vio en el Stade de la Routede Lorient fue anecdótica, aunque el Rennes fue superior al PSG. El partido se decidió tras el descanso.

El PSG salió del túnel de vestuarios con la intención de mantener la renta de siete puntos que le separaba de su más inmediato perseguidor, el Olympique de Marsella, antes de empezar la jornada. Los marselleses habían ganado al Bordeaux 1-0 y se acercaban peligrosamente al PSG. El dominio visitante se tradujo a los 11 minutos en el primer gol del partido, obra de Ménez tras una gran jugada individual en la que, en carrera, se zafó de medio equipo del Rennes. El dominio del PSG duró poco más, aunque los de Ancelotti pudieron sentenciar poco después en una jugada de rebotes y rechaces en el área. Pero Ibrahimovic no estaba fino.

El gol no aletargó el entusiasmo del Rennes, que recurría a un juego rápido y a la presión arriba para incomodar al PSG. Poco a poco, los locales le comieron terreno al líder de la Ligue1 hasta que lo metieron en su área y lo bombardearon a ocasiones. La defensa del PSG, hoy plagada de suplentes –el líder de la zaga Thiago Silva ni siquiera fue convocado y Jallet y Alex tampoco jugaron– se vio atacada hasta el final. El alud de oportunidades de los locales se debió a que el PSG estaba roto, los de arriba no ayudaban atrás y, cuando la zaga recuperaba, el Rennes no tardaba en volver a hacerse con el esférico.

La salida de Pastore y Lavezzi, titulares habituales, no lavó la cara al PSG, que seguía espeso arriba y acabó de los nervios. El Rennes intentó hasta el final romper su mala racha de seis partidos sin ganar (siete con éste), pero sin éxito. La calma para los de Ancelotti no llegó hasta el minuto 91, cuando ya estaban pidiendo la hora. Pastore metió un balón a la banda derecha que recogió David Beckham. El inglés colgó al área pequeña un centro medido que encontró la cabeza de Zlatan Ibrahimovic y se convirtió en el 0-2.

El PSG se mantiene firme al mando de la Ligue 1. Con la victoria frente al Rennes, ya son siete los puntos que le separan del Olympique de Marsella y 11 los que tiene de renta frente al Olympique de Lyon, que juega el domingo contra el Stade de Reims.