El PSG es el equipo más antipático para los galos

Cierto es que el PSG es un club muy joven, de sólo unos cuarenta y pocos años de antigüedad, pero como es el único equipo de fútbol de élite de la capital de Francia, ha conseguido reunir a una afición bastante numerosa. No obstante, su popularidad sigue estando bastante lejos del Olympique de Marsella en cuanto a seguidores y simpatizantes. A pesar de esta puntualización, es honesto reconocer que el club parisino posee una masa social relevante en lo mediático y en lo numérico. Sin embargo y en contrapartida, los que no son del PSG le odian cada vez más. La llegada al poder de los jeques qataries y de sus millones ha provocado el rechazo de mucha gente. De los aficionados de toda la vida.

Primero porque Francia es un país donde presumir de dinero no está nada bien visto y, segundo, porque ya se sabe que el París va a ganar la liga gala cada año y por lo tanto va a desvirtuar la competición casera.

Pero el repelús que siente una parte significativa del pueblo futbolero ya existía antes de la llegada de los Petroeuros de Qatar. La suficiencia y el desprecio con el que los parisinos suelen tratar a los que somos de la Province (es decir todo lo que no es la capital) ya se veían reflejados en los anteriores proyectos del PSG.

Un club que, además, tenía la desventaja de atraer a los ultras más violentos. Pero hubo un acontecimiento que hizo mucho daño a la imagen de esta entidad y que provocó el rechazo absoluto de una parte de la población. El 29 marzo de 2008, con ocasión de la final de la Copa de la Liga entre el PSG y el Racing Club de Lens, la afición del equipo parisino desplegó una impresionante pancarta de decenas de metros en la que llamaba a la gente del norte de Francia, de dónde proviene el Lens, "pedófilos, parados y consanguíneos". Todo un detalle de elegancia.

El escándalo fue creciendo cuando se descubrió que estos seguidores habían recibido un apoyo logístico por parte del PSG. Los que nacimos en el norte del país y estamos orgullosos de ello no hemos olvidado y no se lo perdonaremos jamás.