BARCELONA - REAL MADRID
"Los del Real Madrid somos torazo en rodeo ajeno"
Al frente de los 380 hinchas blancos en la invasión vikinga de la Ciudad Condal estuvo Toñín El Torero, que acudió con su capote a la antigua Plaza de Toros de Las Arenas.
Los madridistas no se arrugaron a pesar del buen resultado cosechado por el Barça en la ida (1-1) y asistieron a una noche mágica en Barcelona. A las 7:30 horas de la mañana, cerca de 150 seguidores merengues ya estaban en el AVE de Atocha con sus bufandas y sus banderas, convencidos de que la gesta de tumbar a los culés en su campo, como finalmente sucedió, era posible.
"Los madridistas estamos con el equipo a las duras y a las maduras. Pasemos o no pasemos, lo importante es que nuestros héroes vean que damos la cara por ellos y que les arropamos en Territorio Comanche", explicaba Rufino, presidente de la Peña Carabaña. El entusiasmo de los aficionados blancos les hizo llegar a las 10:00 horas a la estación de Les Corts entonando un grito: "¡Ale, Real Madrid, ale, ale...!".
Al frente de los 380 hinchas blancos en la invasión vikinga de la Ciudad Condal estuvo Toñín El Torero, que acudió con su famoso capote a la antigua Plaza de Toros de Las Arenas (fundada en 1900) y que actualmente es un centro comercial. Allí, Toñín animó parafraseando la famosa sentencia de don Alfredo Di Stéfano: "¡Chicos! ¡No hay que parar de animar! Los del Madrid somos torazo en rodeo ajeno". Ya se olían el partidazo de su equipo unas horas más tarde.
Junto a él, acudieron doce peñas de Madrid y otras provincias aledañas: La Clásica (que lideró la infraestructura del desplazamiento), Carabaña, Mazacotero de Torrijos (Toledo), We are the Champions de Torrejón, Espinosa de Navacerrada, Ramón Mendoza de Alcalá de Henares, La Gran Familia, Chelle, Capote y Montera, Olaf el Vikingo (Guadalajara), Barajas y Chero de la Peña Villalbilla. En total, 600 hinchas blancos dieron color a las calles de Barcelona.
Comida. Un centenar de los expedicionarios se unieron posteriormente a miembros de las peñas madridistas en Cataluña para compartir mesa y mantel en el restaurante Fonda del Puerto Olímpico, donde dejaron patente quién es su ídolo: "¡Balón de Oro... Cristiano Balón de Oro...!". Luego el portugués, con su doblete, no les decepcionó...