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Málaga grita: "¡Sí-se-puede!"

Se espera un lleno para recibir al Oporto el 13 de marzo. Ayer se vendieron más de 200 entradas, sólo quedan 3.000. Seguidores del Málaga lamentan el trato recibido en Oporto.

Los aficionados del Málaga durante el partido de ida de los octavos de final de la Champions ante el Oporto.
M. Pozo

El malaguismo no se rinde y está dispuesto a dejarse el alma en la vuelta de los octavos de la Champions. "¡Sí se puede, sí se puede!", gritaban al unísono más de 3.000 aficionados blanquiazules para despedir a su equipo del estadio Do Dragao. Ni la derrota ni las sensaciones que dejó el Málaga en el estadio del Oporto cercenan el sueño de miles de malagueños de ver a sus ídolos en los cuartos de final.

Se coincide desde todos los sectores que el resultado fue lo mejor del partido del pasado martes. Un 1-0 que permite seguir confiando en una remontada que puede ser épica. Por lo pronto, en Málaga todo el mundo piensa ya en el encuentro de vuelta, que se disputará en La Rosaleda el próximo 13 de marzo. Habrá lleno si todo marcha como se espera. Hay que recordar que la capacidad del estadio de Martiricos es de alrededor de 30.000 personas (más de 21.000 tienen el euroabono y luego hay que reservar entradas de protocolo para UEFA y también para la hinchada rival). La respuesta de la afición ha sido inmediata: más de 200 entradas salieron ayer de las taquillas del Málaga. Con eso son ya 3.600 las localidades vendidas. Sólo quedan 3.000 a la venta. Las entradas cuestan de los 45 euros en Fondo y Gol a los 120 euros en Tribuna.

Varios asuntos han escocido mucho en el entorno malaguista. Primero, aun reconociendo la superioridad lusa en el partido, el gol en fuera de juego. Después, muchos aficionados lamentan el trato recibido por parte de las autoridades portuguesas. Gran parte de los seguidores del Málaga no pudieron acceder al campo hasta pasado más de un cuarto de hora del choque, siendo retenidos de manera premeditada y sometidos a registros desproporcionados, según afirman con rotundidad algunos de los afectados. Pero la venganza que reclaman es deportiva.

Pellegrini lo ve posible: "La podemos dar la vuelta". Sus jugadores coinciden con el Ingeniero: "El 1-0 es un mal menor, pero en La Rosaleda lo van a pasar mal ellos". El 13-M se sabrá.