Córdoba - Barcelona | Fermín
"Dejar sin Liga al Barça fue mi mejor servicio al Madrid"
Fermín Gutiérrez jugó con el Córdoba el último duelo ante el Barça en Liga hace 40 años. Estaba cedido por el Madrid y un gol suyo, en la penúltima jornada, dio el torneo al Madrid.
Mucha gente piensa que usted fue famoso, sobre todo, por ser el primer representante de Raúl González Blanco...
Eso sólo es para algunos. Otros muchos me recuerdan por haber jugado en el Madrid y en el Rayo. Y en Córdoba no se olvidan de mi año de cesión en la temporada 71-72. De hecho, esta semana nos han homenajeado a todos los que seguimos dando guerra (sólo Rojas falleció) e incluso haré el saque de honor en el partido de mañana ante el Barcelona.
Y eso que descendieron.
Sí, pero fue un año maravilloso. Con cantera y juventud. El Madrid nos mandó a Del Bosque y a mí al Córdoba un año dentro de la 'Operación Verdugo'. No sabíamos si algún día íbamos a volver. Vivimos juntos en un pisito con Manuel López Prieto. Hicimos una gran piña, aprovechando que no teníamos compromisos, y tuvimos la ocasión de jugar con Sanchís padre en su última temporada en activo. Su hijo, luego capitán del Madrid, ya se entrenaba con nosotros. Tenía seis o siete añitos. Cuánto tiempo.
Su Córdoba decidió la Liga.
Quién lo iba a decir. Recibimos al Barça en la penúltima jornada. Nosotros ya habíamos descendido. Ellos estaban a dos puntos del Madrid, que jugaba en el Calderón a la misma hora. En el último partido, ambos lo tenían más bien fácil. Era una jornada decisiva.
¿Soñó antes con la posibilidad de ser el verdugo culé?
Fue la bomba. El Barça salió muy confiado porque era muy superior, pero el encuentro se fue trabando y se les echó el tiempo encima. Fuimos cogiendo confianza, hasta que nos señalaron un penalti decisivo en el minuto 54.
La moviola tras el partido dictaminó que no fue.
No me acuerdo... Manolín Cuesta cayó y yo, que era el encargado de tirar los penaltis, superé a mi amigo Reina. Y no me guarda rencor. Me invitó a la boda de su hijo y estos días he estado con él. Un grande.
¿Les pagó el Madrid una prima?
Sí. Ahora que ha prescrito lo puedo decir claramente.
¿Cuánto?
No se pase. Sólo le diré que algunos compañeros ganaron más ese día que en todo el año. Era mucha pasta.
¿Usted fue el intermediario?
No, no, bastante tuve yo con la semana de presión que aguanté en Madrid.
¿Madrid? ¿Qué hacía allí?
Estaba mal de la espalda y, como pertenecía al Madrid, decidí tratarme en la Ciudad Deportiva con el doctor López Quiles a la vez que me entrenaba con el primer equipo. Qué caña me metieron: 'Fermín, tenéis que ganar', 'Fermín haz un golito'. 'Fermín...'. Viajé a Córdoba justo antes del partido. Claro, iba extramotivado.
Y no falló a sus amigos.
Yo salí al campo sin pensar más allá. Sólo quería disfrutar. Enfrente había un equipazo. Si el Barça de hoy es único, el de entonces era genial. Marcial, Asensi... Comencé a ser consciente de lo que estaba haciendo cuando marqué. Engañé muy bien a Reina, pero no quise perder energías en la celebración. Era el minuto 54 y quedaba mucho partido.
¿Se veía ya como héroe?
Qué va. Lo que uno piensa es que si el Barça apretaba, nos marcaría uno o dos.
No fue así.
Llegó el final y supe que el Madrid había perdido 4-1. Nuestra victoria les había dado la Liga. Saber que mis compañeros estaban festejándolo en el césped del gran rival, me emocionó. Había sido mi mejor servicio al Madrid (risas). La prima fue su mejor inversión.
¿Le llamaron para felicitarle del Madrid?
Mucha gente. Una locura. Todos coincidían: 'te esperamos con los brazos abiertos'.
¿Algún regalo?
Volver al Madrid y jugar en el primer equipo. ¿Le parece poco? Aún recuerdo mi primer partido en el Bernabéu tras aquello. Era suplente de Velázquez y solía salir como revulsivo. Como Fleitas. Si el partido se atascaba, coreaban tu nombre. Era una forma de darle las gracias a un fiel madridista.