Granada - Zaragoza
La teoría del bálsamo
Los dos equipos buscan un bálsamo anímico en la Copa esta noche en el encuentro de Los Cármenes. El Zaragoza llega con un exiguo gol de ventaja.
El Granada ha perdido seis de sus últimos siete partidos, incluido el de ida de esta eliminatoria en La Romareda; el Zaragoza le dolió su frenazo con el Celta. Son preocupaciones distintas por el grado, pero que coinciden a la hora de aproximarse al encuentro de Los Cármenes: los dos buscan un bálsamo anímico en la Copa. El Zaragoza llega con un exiguo gol de ventaja.
El 1-0 constituye una renta demasiado vulnerable como para autorizar ningún tipo de especulación. Manolo Jiménez, si pudiera, pondría a su once preferido esta noche en Los Cármenes, pero el factor del cansancio y la escasez de tiempo de recuperación (jugó con el Celta en la noche del lunes) lo puede forzar a una revisión de sus preferencias. Llevó a 20 en la lista y entre ellos no estuvo Apoño, que acusa fatiga muscular del lunes. El concurso de gente como Loovens, con lesiones y sus residuos desde que empezó la campaña, Movilla o Hélder Postiga, que han tenido protagonismo casi sin interrupción, dependerá de sus sensaciones en las horas previas al choque. Paredes entraría como central; Zuculini, José Mari y Romaric se disputarán al menos dos puestos en el medio; y Aranda aguarda a que el delantero portugués le permita un hueco. Fue el protagonista de la ida con su gol.
Anquela intenta reactivar a su equipo. Dejó fuera a tres fijos como Diakhaté, Nyom y El Arabi, lo que producirá una defensa muy cambiada, con Juanma Ortiz, Mainz y Angulo, éste por Siqueira. Y apostará por Floro Flores e Ighalo arriba, con el fin de voltear la suerte de la eliminatoria. Si el Zaragoza no va a porfiar con el resultado, la intención del Granada no contempla dar por perdido un marcador que no le queda lejos: prefiere animarse pasando de ronda que quitarse la Copa del medio por sus problemas en la Liga. Es un bálsamo.