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Final Copa santander Libertadores | CORINTHIANS 2 - BOCA JUNIORS 0

Corinthians alza su primer título y Riquelme deja Boca

Dos goles de Emerson, la gran estrella de la noche, dieron al conjunto brasileño su primera Copa Santander Libertadores. Boca pierde el título y a Riquelme, quien anunció su marcha.

Corinthians alza su primer título y Riquelme deja Boca

Por fin llegó el momento de Corinthians. ¡Timao Campeao! Durante toda la noche y aún cuando los primeros rayos del alba alcanzaban las puntas de los rascacielos de Sao Paulo, las tracas de petardos y los fuegos artificiales seguían atronando en la capital. Corinthians, el equipo con mayor número de aficionados en todo Brasil, fue por fin campeón de la Santander Libertadores y ya le espera el Chelsea. A Boca se le esfumó el sueño de la séptima Copa y perdió a Riquelme como daño colateral. Juan Román anunció que se marchaba tras la final, de manera sorprendente aunque la noticia ya se rumoreaba antes del choque: "Me siento vacío y no tengo nada más para darle al club. Lo amo, pero no puedo jugar a la mitad", sentenció para decir adiós sin especificar si dejará definitivamente el fútbol a sus 34 años.

A Corinthians era el título que faltaba para completar un brillante palmarés que se forjó sobre todo con las competiciones regionales (27 títulos Paulistas). Cuando todos esperábamos que emergiera la figura de Riquelme sobresalió la de otro veterano, Emerson (33 años), que enloqueció a Pacaembú con dos goles que valieron un título. Corinthians resultó campeón invicto en la Santander Libertadores, basando su juego en una defensa compacta (sus dos centrales, dos colosos) y en un juego atípico para Brasil, controlado, jugado más a la contra y ayudado por dos laterales que suben como misiles, en especial el derecho, Fabio Santos, que cuajó una noche para enmarcar en defensa y en ataque.

Boca empezó el partido queriendo tener la pelota. Ralentizando el juego para llevarlo a su terreno. Pero sin profundidad y sin encontrar a Riquelme, perdido y buscando su sitio de banda a banda sin encontrarlo. Ni brasileños (mejor plantados y con una presión voraz) ni argentinos querían asumir riesgos. El 1-1 de la ida no había servido a nadie más que a Corinthians, que ganó así el factor cancha para la vuelta, ya que, para la final, la regla de la competición indica que los goles fuera no valen doble en caso de empate. Y con el temor a la derrota se esfumó la primera parte con sólo dos tímidos disparo de Alex en el minuto 12 y 24, ambos atajados por Agustín Orión, que poco después tuvo que ser sustituido por una lesión en la rodilla. Incluso Corinthians llegó al descanso como dueño único del balón.

Sintiéndose superior al rival, los brasileños comenzaron la segunda parte queriendo ir a por el partido, con el que se fueron haciendo poco a poco, un choque siempre embarullado y feo. Pero en el 56' se encendió la chispa. Danilo recogió en el área un balón rebotado después de un saque de falta lateral para inventarse un pase de tacón y dejar sólo a Emerson, que tras controlar con el pecho fusiló a Sosa. Si con el agua mansa del empate Boca no supo navegar, le fue imposible remar río arriba. Riquelme seguía desaparecido y la exigencia argentina por el marcador dejaba más espacios. Y por ahí se le fue yendo el partido. El cabezazo franco de Caruzzo rematando un libre directo de Riquelme fue sólo un espejismo, y el primer tiro a puerta de Boca (¡en el 70'!). Corinthians ganó el partido gracias a un error garrafal de Schiavi. Un fallo grosero. Un pase suyo cuando el balón circulaba por la línea de cierre argentina se convirtió en una cesión al contrario. Y eligió mal a quién darle el regalo. Fue a Emerson, tocado por la barita mágica, que en 30 metros sacó 10 a Caruzzo para plantarse otra vez sólo ante Sosa y mandar el balón a la red en el 71'. Todo estaba decidido. Boca no tuvo opciones de principio a fin. El estilo europeo y compacto de Corinthians le había dado su primer gran título internacional. Y a Riquelme su último disgusto con Boca.