España 4 - Italia 0 | La contracrónica
Españoles por el Mundo
La exhibición concluyó con el 'Pichichi' Torres y Mata dibujando un 4-0 que será recordado por nuestros nietos dentro de varias generaciones. Qué maravilla de España, qué gozada.
No hay dos sin tres. Cuando pasen 150 años, los libros de Historia enseñarán en las escuelas una asignatura que se llamará Futbología. La misma empezará con un capítulo denominado 'España, los pioneros del fútbol perfecto'. Nadie jugó así jamás. Ni brasileños, ni alemanes, ni argentinos, ni italianos... Todos ellos fueron acumulando en el siglo XX riquezas, títulos y prestigio a un ritmo templado, sereno, convencidos de que nunca llegaría nadie para arrebatarles esa soberanía. Pero esta España es de otra dimensión, capaz de jugar una final con la templanza, el empaque y el poderío que se le imaginaba a Gardel para cantar un tango. Esta España ha firmado en cinco años para la memoria un triplete que posiblemente no pueda volver a repetir nadie. Esa Eurocopa-Mundial-Eurocopa es la Santísima Trinidad de esta Roja que ha dejado su sello para la eternidad. Los 11.000 héroes de Kiev tardaron poco en iniciar los olés, preludio de una orgía de buen juego y goles. Italia miraba y sólo faltó que acabaran pidiendo autógrafos a los nuestros. Dimos boleto a Balotelli. Pinchamos el Balón de Oro de Pirlo. Vengamos a Luis Enrique, a Julio Salinas y a todos esos compatriotas que en 92 años no habían sido capaces de tumbar una sola vez a los italianos en partido oficial. La paella pudo con los spaguettis, el cocido acabó con el queso parmesano... Que la megafonía despidiese a los nuestros con El Paquito el Chocolatero resultó delirante. Música española y jolgorio en rojo y gualda en Kiev...
España de mi vida. Este triunfo memorable sacó a la calle en una noche interminable a andaluces, gallegos, murcianos, catalanes, madrileños, aragoneses, valencianos, vascos, canarios, extremeños, riojanos, cántabros, navarros, asturianos, baleares, castellano-manchegos, castellano-leoneses, ceutíes, melillenses... Las plazas y calles de la piel de toro se inundaron de banderas de España en un maravilloso rito que ya es una bendita rutina. Toda España ya es de España. Sin fisuras ideológicas ni políticas. Cuando toca hablar de La Roja, todos se ponen frente a la tele como Camacho (glorioso con su familia en la transmisión de Tele 5) o como este servidor, que alimentó el espíritu de la victoria comiendo con la familia y mi señor padre al frente, Félix. Ayer cumplió 78 años, tiempo en el que ya ha visto tres Eurocopas (1964, 2008 y 2012). Papá, ya puedes mirar a los alemanes de tú a tú. Como Sergio Ramos, que ha convertido su capote en un objeto de culto. Olé y Olé.
Detallazo. Del Bosque es el catedrático de un aula de élite que juega al fútbol como si sus alumnos hubiesen nacido con un balón debajo del brazo. Enorme ver a Villa y a Puyol animando en la grada. Y grandioso ver a los jugadores acordándose en el podio de los Puerta, Jarque, Manolo Preciado y Miki Roqué. A los que yo añado a Chus Pereda, Marquitos, Zárraga, Pahíño y todos los que se han quedado en el camino sin poder ver esta obra de arte creada por el MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA.
Iker, culpable. Sí, te lo digo a la cara. Casillas, tú eres el culpable de todo lo bueno que nos ha pasado desde 2008. Te has empeñado en poner un cinturón de castidad a la portería de España y por ahí no pasa nadie en una eliminatoria de Mundial o Eurocopa desde tiempos inmemoriales. Aburriste a Balotelli (mini-Mario anoche), a Cassano, a Di Natale, a Pirlo... Iker, ¡viva la madre que te parió!
Orgullo español. Me voy de juerga a celebrarlo. No me pienso reprimir. Disfrutemos de este momento. Gritemos todos a pulmón: YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL, YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL...