España: Reyes de Europa
Los irlandeses duraron menos que una entrada de un concierto de U2 en la reventa. Cuatro minutillos y allí irrumpió Torres, El Discutido, para dejar clavado a Given con un cañonazo.


Fin del debate. El secreto de Estado finalizó con coherencia y con la única salida lógica posible: alineando un nueve ante Irlanda. En el fútbol está todo inventado (o casi) y lo normal es jugar con un ariete de referencia. Así, obligas al rival a fijar la marca con sus dos centrales y a recular en cuanto que entres por las bandas buscando tu cuchillo jamonero para abrir la lata. Torres, que ha sobrevivido al debate con grandeza y buena puntería, fue el beneficiado en este Pinto pinto Gorgorito que manejó el maestro Del Bosque en las horas previas el green match ante los irlandeses. Torres agradeció la enésima muestra de confianza con el elixir que da vida a los delanteros: los goles. Su doblete demuestra que cuando al míster le pedíamos jugar con un nueve no era una cabezonería cerril de periodistas eternamente insatisfechos y tocaballs. En esta misma Eurocopa hemos visto a Alemania salirse con los goles de Mario Gómez o a Ucrania sobrevivir con los cabezazos de Shevchenko (traducido Raulenko en lengua castellana). Para evitar dramas conejiles, Torres cerró el debate en cuatro minutos. Cazó un balón suelto en el área, se escoró con decisión y soltó un derechazo inmisericorde, arriba, con potencia y colocación. Given casi no pudo sacar las manos. Golazo, 1-0, debate sobre el 9 a hacer gárgaras y las dos Españas (la pro-Torres y la anti-Torres) fundidas en un abrazo patriótico y sincero. Como cantaba el legendario grupo Abba, "My friend Fernando...".
El factor Iker. Eso sí, este equipo que busca el histórico e inédito triplete (Eurocopa-Mundial-Eurocopa) es como las camas bien hechas. La manta llega bien hasta el cabecero, pero también tapa de sobra la parte de los pies. Así no pasas frío por mucho que te muevas. Por eso y aunque por arriba los locos bajitos garanticen calidad, talento y triunfos, nada sería igual con otro portero. Casillas, con 0-0, evitó un gol de los irlandeses (en concreto, del animoso Cox). Son esas paraditas que hace Iker y que damos por asumidas en el paisaje, pero luego vemos como otros porteros con tronío y galones se comen esos disparos con patatas. Con el Muro de Móstoles tenemos levantacopas para rato...
El rey David. Hablaremos mucho de Torres por sus goles y por la alta fiabilidad de Cesc (o Fábregas, como dicen los ingleses) en ese papel de falso 9 que ha superado con sobresaliente. Pero del que me apetece explayarme es de Silva. Ese diamante (nada bruto) pulido en las playas de Arguineguín. Silva ha crecido en la Premier y hoy día es un jugador de culto, capaz de firmar el 2-0 con un pase a la red, con cañito incluido. Por Silva merece la pena subirse a un chárter para ver el lunes el España-Croacia. Sabes que te dejará dos o tres jugadas que compensan cenar un sandwich frío durante varias semanas...
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¿Y si echamos a Italia? Hay que ganar a Croacia el lunes por dignidad torera, porque somos los mejores bueno y qué, y por respeto a los 10.000 fans de La Roja que se van a gastar los ahorros para festejar el seguro pase al cruce de cuartos. Pero como el 2-2 dejaría fuera a Italia, no está de más darle una vuelta al tema si el partido nos lleva a esos recovecos. De Italia no me fío. Así, a base de empatitos, ganaron el Mundial de España 82. ¡A por el TRIPLETE!



