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LIGA BBVA | MÁLAGA 1 - SPORTING 0

Un Málaga de Champions sentencia al Sporting

El conjunto andaluz vence a los de Clemente gracias a un gol de Rondón y jugará la Champions League la próxima temporada. El Sporting no tuvo opciones de sobrevivir.

Fernando López de Lorenzo

El Málaga jugará la Champions League. El millonario proyecto del jeque Al-Thani ha dado sus frutos apenas un año después de flirtear seriamente con el descenso y el próximo año se paseará por la mejor competición europea (si supera la previa). Por su parte, el Sporting será de la partida en Segunda División y deberá reconstruir un equipo que, a pesar de la tremenda voluntad que tiene, no ha sido capaz de mantener una dura categoría que llevaba varias temporadas avisándole. Dos caminos muy diferentes que se encontraron en un partido que no tuvo historia. El Málaga fue claramente mejor, le dio un soberano repaso a su contrincante, atenazado por los nervios y la idea de sufrir un cambio tan brusco, y, gracias al tanto de Rondón, disfrutará del mayor hito que jamás haya conseguido el conjunto andaluz: jugar la Copa de Europa.

El Málaga hizo un partido sencillamente espectacular y el resultado se adivina extremadamente corto. Todo lo que hizo, porque lo hizo todo, desarboló la gran defensa que planteó Clemente, excepto la pared que es Juan Pablo, el milagro que evitó una vergonzosa goleada. El portero del Sporting contuvo desde el inicio el brutal acoso y sostuvo las crueles esperanzas que se había procurado el conjunto gijonés de mantenerse en Primera. La realidad es que los de Pellegrini aplastaron a su rival a base de practicar un gran fútbol, el que diseñan jugadores como Joaquín o Cazorla.

Sin embargo, tuvieron que pasar decenas de ocasiones, entre ellas un poste, hasta que Rondón por fin agotó a Juan Pablo. El delantero venezolano, puro derroche sobre el césped, tiene una fuerza descomunal y en ella se apoyó para volar hasta anotar un gol con la cabeza tras un saque de esquina magistral de Cazorla. Esa potencia, también la usó para superar una y otra vez a Botía, otro gigante que juega con la posibilidad de cambiar de aires, precisamente a la Costa del Sol.

El Málaga es un equipo bien construido. Tal vez puede parecer débil en defensa, pero el resto del equipo es destreza futbolística que goza de una barbaridad de ocasiones en cuanto disfruta del balón. A ello ayuda la claridad que tienen futbolistas de la talla de Cazorla, Isco y Joaquín cuando el balón pasa por sus pies; cuando las ideas llegan a sus botas. Sobre ellos recae la responsabilidad de todo el fútbol que genera este incisivo equipo, tal vez poco generoso en los esfuerzos defensivos. Ahí deberá trabajar Pellegrini, toda vez que ya ha conseguido que su equipo juegue la Champions League.

El Sporting, con la mente en Segunda, ni siquiera vio ese error en su rival. Clemente, demasiado obsesionado con no descender o con no perder, olvidó que también necesitaba ganar. Mejor dicho, obvió que era su obligación. El Sporting sólo ofreció presión de la mano del irreductible Gálvez y el persistente Lora. Apenas se acercó a la meta de Kameni y sólo contabilizó un disparo a puerta en los 90 minutos de choque. Pobres registros en un duelo de esta índole con un objetivo tan importante. El conjunto gijonés nunca se creyó capaz de mantener la categoría, tal vez por la enrevesada carambola que necesitaba para sobrevivir un año más en Primera, y deberá reconstruir un maltrecho grupo para sobrevivir en el infierno de Segunda.