Liga BBVA | Racing
Primer mandamiento: se acabaron los pelotazos
Intensa sesión táctica para dar la vuelta al juego de Miranda
Lo único bueno de la catástrofe copera del martes en Anduva es que nadie en el Racing se ha sentido tentado a poner paños calientes. Jugaron mal y merecieron perder. Lo reconocen todos y cada uno de los jugadores y técnicos del equipo. Ayer, la sesión de entrenamiento diseñada por el triunvirato fue muy especial: un jueves de una semana con dos partidos separa a su plantilla en dos turnos para meterles en vena una dosis extra de trabajo táctico. Primer mandamiento: los pelotazos se quedaron en Miranda de Ebro.
Con chavales de los equipos juveniles como 'sparrings', Juanjo González y Fede Castaños, fundamentalmente, se dedicaron a repasar y sistematizar los movimientos de presión en tres cuartos de cancha y los apoyos para salir tocando en cuanto se recuperaba el balón. Nada de tiqui-taca, eso sí. Pocos toques y verticales. Lo que el equipo interpretaba de maravilla con Marcelino quieren los del triunvirato que lo toquen, aun con solistas menos virtuosos, de nuevo este año.
Lo del 'juego directo', bonito eufemismo, queda prohibido, salvo arreón final en caso de apuro. Tal vez la sesión de ayer hubiera sido más lógica en julio en Alemania, pero como allí se dedicaron a correr y correr...
Cambios.
Pendientes como están de la evolución de Álvaro y Diop (si se recuperan serán titulares), los técnicos tienen sobre todo una duda: quién será el que ocupe la banda izquierda. Lo más probable es que sea Acosta, quedando Adrián como segundo punta por detrás de Stuani y Arana en la banda derecha. Toño en la portería; Álvaro, Torrejón, Bernardo, Cisma en la defensa; con Colsa y Diop (o Tziolis si el africano no llega a tiempo) en el eje del equipo tienen todas las papeletas de completar el once inicial frente al Zaragoza.
Jairo y Luque tiene alguna opción, pero apuntan más a revulsivos. Como Kennedy.
Pedro Munitis no está bien
Ni de juego, ni de salud. El capitán del equipo lleva un tiempo fuera de forma. Tanto que los tres técnicos, confesos enamorados de la profesionalidad y el ejemplo del jugador del Barrio Pesquero, parecían ya desde la vuelta de las vacaciones de Navidad haber decidido la suplencia en Liga de Munitis. Él y el resto del vestuario hicieron esa lectura de su titularidad en Miranda de Ebro. Allí, además, tampoco jugó bien. Por si faltaba algo, con gripe, ayer, pese a que lo intentó, no pudo entrenarse junto al resto de sus compañeros.