Sevilla-Real Madrid | El perfil

Medel: una infancia "grabada a muerte"

Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Gary Medel (1987) retrata con crudeza Conchali, el distrito de Santiago de Chile donde creció: "En mi barrio se vive con droga, tráfico y robos. Nunca me metí en esas cosas". Creció con estrecheces económicas en una casa en la que se hacinaban hasta 30 personas. Ha vuelto allí a disputar picados (pachanguitas) con sus amigos. Empezó en el Sabino Aguad, el equipo de su barrio, y aprendió a jugar gracias a esta simplificación del fútbol: "Dos toques". Así le orientó su compañero Ormeño. Y así se lo exigía Riquelme en Boca Juniors: "Me puteaba si daba más de dos toques...". En Sudamérica le pusieron pitbull ("soy un perro dentro de la cancha") pero su apodo en Chile era Gattuso. La explicación es fácil: "Soy un jugador más de meter". Nada más llegar al Sevilla, Xavi le mandó un mensaje a Navarro. "Habéis fichado un pedazo de jugador". Medel admira a Xavi y le ha impactado Iniesta. Miembro de una generación de oro (Alexis, Bravo, Vidal, Valdivia, Waldo Ponce), Zamorano le animó a venir a Sevilla. Es el hombre que paró a Messi bajo esta receta ("correr y meter mucho"). Su leit motiv es uno, su infancia: "La tengo marcada a muerte".

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