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Inglaterra 1 - España 0 | La contracrónica

Buen fútbol sin 'premier'

Cesc y Villa estuvieron ciegos ante los 'pross' y España pagó su falta de puntería y de agresividad con una derrota injusta y difícil de asimilar. Del Bosque está satisfecho con el juego exhibido y tiene razón. Pero no podemos ganar sin '9'...

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Buen fútbol sin 'premier'

Iker, 'number one'. Antes de detenerme en la enésima derrota en un amistoso, quiero levantar mi copa para brindar por Iker Casillas. Con seguridad, el mejor portero español de todos los tiempos (que Zamora me perdone). En el mismo escenario que le vio nacer para el fútbol de verdad hace tres lustros, firmó su partido-récord 126 y nos recordó que aunque el niño imberbe de Móstoles ha crecido y madurado, sigue con el mismo encanto personal y futbolístico que lo convierten en un icono querido y respetado por todos. Casillas ocupa las vitrinas de los hogares españoles con esas dos fotos de imborrable recuerdo: la de Viena y la de Johannesburgo. Doy las gracias a Xavi por las bonitas palabras que le dedicó en la víspera. Y dio en el clavo. Bastó que en el descanso El Santo se fuera a la ducha, para que los ingleses viesen el cielo abierto y nos enchufasen el gol de la injustísima derrota. Con Iker en el campo, sabemos que nuestros ahorros están en buenas manos. Hasta los números le protegen. 1+2+6=9. Ayer era el 12-11-2011, cuyos dígitos sumados dan también un 9. O sea, que Casillas es un portero sobresaliente que transmite positividad, buen rollo y sentido de la camaradería...

La flor de Capello. En el día de las amapolas, con las que los ingleses recuerdan a sus caídos, el italiano tuvo toda la suerte del mundo concentrada en noventa minutos para llevarse un triunfo tan inmerecido como ramplón. Si España ganase así los partidos, yo me reconvertiría al curling (ya saben, lo de darle a la escoba sobre el hielo) antes que sacar pecho con una infamia futbolística de semejante calibre. El gol de Lampard fue un islote en un partido unidireccional donde vimos una España que hace del fútbol un ejercicio de autoritarismo que debe resultar frustrante para los rivales. La pelota es mía y no te la doy. Pero ese ejercicio de tiqui-taquismo talibánico conlleva un problema que se agranda en los amistosos tipo Argentina, Portugal, Italia e Inglaterra: nos falta instinct killer, que diría mi admirado Mourinho.

¿Y el 9? Houston, tenemos otro problemilla que conviene mirar antes de que el lunar sea roca y sea tarde para pulverizarlo. Villa, a costa de jugar desterrado a la banda para disfrute de Messi, ya no muerde en el área como en sus tiempos felices de Valencia. Y Torres sigue sin levantar cabeza. Voluntad, toda. Acierto, inspiración y pegada, cero. ¿Qué hacía el gran Fernando Llorente comiéndose las uñas en el banquillo de Wembley? Voy más lejos. Soldado y Negredo, cuando se recupere, están mucho mejor que el madrileño para defender la bandera del gol. Somos la caña y jugamos como nadie, pero sin nueve no hay paraíso...

Nuevo 'look'. Pero me quedo con todo lo que me dejó buenas vibraciones. Empezando por la nueva camiseta. Sobria, elegante y digna de la campeona del Mundo. Y observen la feliz reconversión de Sergio Ramos como central. Un gigante que crece partido tras partido. En la noche en la que igualó a partidos a otro legionario de su perfil, Camacho, el Tarzán de Camas se comió a los tímidos sustitutos de Rooney. Milner quiso intimidarle con una patada de roja, pero al sevillano no le frena ahora ni un carro tirado por una docena de búfalos.

Pitó De Bleeckere. Este belga fue el que echó al Madrid de la Champions en el Camp Nou. Uno de sus linieres privó a Silva de un gol casi seguro. Soy un ingenuo. Le daba por jubilado...