Los leones de Mou

Gol desde la pizarra. En La Catedral se dejó el Madrid medio título el año pasado. Nadie olvida el asedio a un Gorka inspirado y los lamentos de Cristiano, que tiró hasta la saciedad sin llevarse nada fresco a la boca. Pero ayer, San Mamés claudicó ante un Madrid de autor. El autor es Mourinho. Su once inicial daba alimento a seis horas de tertulia sobre si tiraba o no la Liga. Nada más lejos de la realidad. Su revolucionario equipo inicial rompió los esquemas al amigo Caparrós, que vio impotente cómo sus leones se convertían en mininos ante el muro puesto por The Special One en la medular. Pepe por delante de los centrales permitía a Kaká, Di María e Higuaín (¡qué bueno que volviste, Pipita!) convertirse en tres balas inteligentes que penetraban en la defensa del Athletic como un cuchillo jamonero. El Madrid se comportó con una firmeza digna de un campeón. Y eso que en el banquillo estaban Cristiano, Carvalho, Marcelo, Özil, Xabi Alonso, Adebayor...

Oh, Ka-Ká... Siempre tuve mis dudas con el Kaká que vino al Madrid, pero reconozco que el que hemos visto en Bilbao nos ha rescatado esa sonrisa que al brasileño se le ha ido borrando entre lesiones y decisiones erróneas. Jugó en su sitio de verdad, eso que los finolis llaman trequartista. En esos metros finales se mostró demoledor y encima transformó los dos penaltis hechos a Di María con la serenidad de alguien que en 2007 ganó un Balón de Oro. Ricardo, ojalá ésta sea tu versión definitiva. Competencia para Özil. Bueno para el Madrid.

Cambio climático. Algo se respira distinto en este tramo final de la Liga, con ese Clásico que ya asoma por el horizonte con el mundo entero paralizado ante los cuatro combates que se avecinan. Que en Bilbao se jugase con 26 grados y un sol espléndido demuestra que esto está cambiando. Se huele en la atmósfera. Se intuye en los corrillos de los bares. Me lo dijo mi colega Santiago desde el Hotel Hui Bin Lou de Shanghai ("Tomás, aquí los chinos me dicen que apuestan por el Madrid"), Nando, que lo vio por la parabólica desde un bar reggae de Kingston (Jamaica) y Balbino, que lo presenció junto a 36 aficionados belgas en el Café Tennis de la costa de Ostende, sede de la Peña Middelkerke de Brujas. Todos han recuperado la fe en este Madrid capaz de levantar montañas. El Athletic luchó hasta la extenuación en vano. Pero ni con once Toqueros hubiera corrido peligro ayer Iker Casillas, que por cierto empezó a hacer milagros con sus guantes mágicos en este mismo estadio hace doce años...

El silencio de Mourinho. Tuvo un detallazo dejándole a Karanka el turno de comparecencias ante la prensa, antes y después del 0-3. Karanka es un amuleto. Estuvo en las tres plantillas de la Séptima, la Octava (fue titular y héroe) y en la Novena. Mou se reserva para el martes en Londres. Apetece escucharle a cuatro días del primer Clásico de la tanda...

Cristiano, en forma. La coherencia tiene premio. En vez de arriesgarse a una lesión mayor, el tiburón blanco portugués salió a la pradera para rematar al Athletic. Y lo hizo a su manera. Con un gol para enmarcar. Ya lleva 39 esta temporada (28º en Liga). Está listo para el gran cuádruple asalto, como me dicen Fran Ríos de Malpica de Tajo, Jesús Antonio de Arcos de Sonseca, Paco de la Peña Eibar y Darkko de la Peña La Octava de Bilbao. Ninguno de ellos da nada por perdido. ¡Hay Liga!