Liga BBVA | Sporting 0 - Zaragoza 0
Más miedo que puntería
Los aragoneses, mejores al principio, acabaron dominados por los de Preciado. El segundo tiempo fue más intenso. Iturralde anula un gol a Carmelo.
El duelo de aspirantes a la permanencia acabó en tablas. El partido entre el Sporting y el Zaragoza tuvo destellos espectaculares a ráfagas, pero a ambos conjuntos les falló la puntería, entre otas cosas, por exceso de precaución. El Zaragoza salió con la intención de tener más la posesión del balón que el Sporting y lo consiguió pronto. El equipo gijonés tardó en adaptarse al juego por la disposición del equipo de Aguirre, en el que Gabi asumía ser la referencia para entrar más en juego, respaldado por Herrera y Ponzio.
El conjunto de Preciado empezó a despertar a ráfagas, en jugadas por las bandas. De las Cuevas dio los primeros avisos con un estilo más vertical que el de la banda izquierda, en la que Diego Castro y José Ángel demoraban en exceso sus aproximaciones, lo que facilitaba el repliegue aragonés.
El Zaragoza buscaba la espalda de los defensas gijoneses con lanzamientos lejanos, pero el conjunto de Preciado asumió desde los primeros compases un estilo de precaución, para evitar alguna sorpresa. Los de Aguirre tenían más el balón, pero sin hacer daño. Sólo una falta lejana lanzada por Gabi encontró la cabeza de Bertolo, quien lanzó el balón fuera cuando estaba en una posición inmejorable para desequilibrar el partido.
El Sporting tardó un cuarto de hora en empezar a mostrar una ambición ofensiva. De las Cuevas dejó su sello ante Paredes, a quien puso en evidencia en un par de ocasiones, eporo las jugadas no tuvieron rematador. Barral dispuso de la más clara, pero lanzó a la zona de Doblas, después de que rematase excesivamente alto otra internada con un espectacular recorte a Jarosik. En el último cuarto de hora del primer tiempo hubo más presencia atacante del Sporting. Preciado adelantó la posición de André Castro y los de Aguirre asumieron más reservas en su juego. Las imprecisiones en los pases empezaban a crear complicaciones defensivas, por la fuerte presión que hacían los dos equipos. Jarosik tuvo que jugarse el tipo ante Nacho Cases, en una internada vertical, con al partido roto. De todas formas, todos los intentos atacantes carecían de malicia en los metros finales, tanto en los rojiblancos como en los zaragocistas.
Permisividad arbitral. Iturralde optó por dejar jugar en exceso, lo que provocó algunas protestas, sobre todo por no cortar el juego en dos caídas del portugués André Castro, en avances desde el centro del campo. Tampoco observó punibilidad en una internada de Barral, en el área visitante, con una acción adornada. El conjunto aragonés también salió más revolucionado en el segundo tiempo, pero los cambios de Aguirre, para buscar un talante más ofensivo, no tuvieron el efecto. El técnico mexicano dio entrada a los delanteros Braulio y Uche, para retirar a Boutahar y a Sinama. El juego visitante empezaba a tener dos referencias atacantes. Sin embargo, el Sporting empezó a controlar con más autoridad el centro del campo y los servicios a los atacantes visitantes casi desaparecieron.
Con el Sporting más adelantado, el Zaragoza empezó a cuidar más la retaguardia, para buscar el desarrollo de sus ideas ofensivas con lanzamientos lejanos que se encontraban con la mayor eficiencia en la altura de los centrales rojiblancos. La presión gijonesa creaba algunas complicaciones a la zaga maña. Lora, el mejor jugador del partido, empezó a dominar su banda con rapidez y autoridad, para aprovechar un pasillo que acaban con servicios al área aragonesa, donde los centrales tenían que multiplicarse. El Sporting se perdía en sus imprecisiones, lo que permitía que el encuentro resultase moderadamente cómodo para Doblas.
El último cuarto de hora fue de presión total del Sporting, pero con prisas. Preciado dio entrada a Novo y Carmelo y un cambio total en el dibujo táctico, mucho más ambicioso. Hubo un gol anulado a Carmelo, por fuera de juego. Por méritos, el equipo gijonés fue mejor, pero la falta de puntería también se paga.