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Espanyol - Real Madrid | La contracrónica

¡Capitán Marcelo!

Hasta el popular torero del Espanyol tuvo que reconocer que lo que hizo el Madrid fue una faena digna de dos orejas y el rabo. Con uno menos, el equipo de Mou está a cinco del Barça. Ahora son los blancos los que sacan una manita sonriendo.

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¡Capitán Marcelo!

Con diez 'Juanitos'. El pasado viernes, Mourinho se encerró en Valdebebas para preparar tácticamente hasta el mínimo detalle del partido de Cornellà-El Prat. Intuyo que hasta debió trabajar cómo jugar en inferioridad numérica. El sábado se subió a un avión y se fue a ver al Lyon. Los del Barça se relajaron. "Eso es que ya tira la Liga", debieron pensar los muy ingenuos. Pero Preciado dio una lección y puso al líder contra las cuerdas. Un puntito y gracias. A esas horas, Mourinho acababa de aterrizar en Barcelona y ya estaba en su habitación del hotel Rey Juan Carlos I repasando sus notas. Y anoche su Madrid salió a la bombonera perica como once lobos que no hubieran probado bocado en tres semanas. Perdón, debí decir diez. La expulsión de Casillas sacó lo mejor de este equipazo. Y de este entrenador con mayúsculas. Mou quitó a Di María y planteó un partido a cara de perro, sin gatos en la costa, con diez Leónidas gritando "¡aurrrr!" en cada jugada. El Madrid jugó con diez Juanitos. La afición ha recuperado la ilusión y eso es un tesoro. Ya lo dice Mourinho en su nuevo anuncio publicitario: "No soy el mejor, pero ninguno es mejor que yo". Toma ya...

Pepe vale por diez. Lo dijo el jefe de este proyecto hace apenas dos semanas: "El equipo con Pepe juega mejor, con Pepe presiona más, con Pepe recupera balones más rápido y con Pepe es más peligroso en ataque". Analicen el partidazo que hizo el portugués y entenderán que algo de razón tenía...

'Capitanazo' Marcelo. Este polvorilla brasileño lleva camino de heredar la leyenda del recordado Roberto Carlos. Juega con un descaro propio de Garrincha, se va en el uno contra uno como Pelé e improvisa genialidades para salir de la presión como si fuera Zico. Marcelo está tan maduro que se apoderó del fortín de Cornellà (¡enorme la afición del Espanyol!) ejerciendo de capitán hasta sin brazalete. En la primera parte no lo llevó en el brazo, pero sí en el corazón. Su golazo agujereó las manoplas del felino Kameni. Marcelo es el jugador número 12 sólo en su dorsal. Para el madridismo es insustituible. Capitán con galones. Y 22 añitos.

Mateu Lahoz. No perderé el tiempo con el Villarato porque sé que nada va a cambiar. La roja de Casillas lo era y no dudó en sacársela. Pero acto seguido, se comió dos penaltis de libro de los amigos pericos (sobre todo uno a Khedira en plan llave judoka). Así, ganar mola mucho más.

Adán y la cantera. El chaval salió en frío, pero no dejó que nadie le tosiera en su área. De puños o en las salidas, el canterano estuvo soberbio. Como el Castilla de Toril. Sexta victoria consecutiva y 7-1 al filial del Depor. Hat-trick de Morata y exhibición para el recuerdo. Dan ganas de pedirle daños y perjuicios al anterior técnico, Alejandro Menéndez, por los estropicios que hizo con una generación que hará historia.

Clavo Ardiendo al ataque. El Barça está A-5, autovía de Extremadura, tierra de conquistadores. Simboliza lo que nos espera. La afición está enloquecida y se agarra orgullosa a ese Clavo Ardiendo que ya le quitó una Liga al Barça con Capello. Con el Madrid no puedes relajarte ni para cepillarte los dientes. Sus jugadores son como Rambo en la jungla del Vietnam. Soportarán hemorragias internas y externas y no doblarán la rodilla. Me enamoré del Madrid siendo un niño. Y después de la hazaña de anoche lo estoy más que nunca. San Valentín Vikingo.