Europa debe llegar a la segunda

Juan Carlos Garrido cogió al Villarreal a la deriva, tras haber sido incluso colista de Primera de la mano de Valverde. El técnico fue enderezando el rumbo y, cuando divisaba las costas continentales, la marejada final alejó al Submarino de la Europa League. Fue una pena, pero esta vez sí, el fútbol le ha dado una segunda oportunidad a los amarillos y, tras la tormenta veraniega que azotó Mallorca y dejó a los insulares sin plaza, a los amarillos se les ha abierto una nueva puerta por la que deben entrar sí o sí. Y no es la puerta de atrás, es el premio a los deberes bien hechos.

El fútbol español no puede quedarse huérfano en esta competición y, menos aún, el Villarreal se puede permitir no desembarcar en la tierra prometida, un destino por el que tanto peleó en lo deportivo y lo económico. Garrido busca certificar el pase con muchos de los remeros que le acompañaban en las galeras del filial, jóvenes que han dado el salto a un primer equipo que presenta un aspecto remozado y resultón y del que se espera mucho. Y Europa es el mejor escaparate para ellos, empezando desde ya y con la experiencia de aquella amarga eliminación veraniega ante el Maribor que sirve para que nadie se relaje.

Campeones del Mundo.

Y es que además de lo que ofrezcan los canteranos, al Villarreal lo sigue liderando una base muy competitiva, la que forman Diego López, Rossi, Senna, Cazorla y Bruno, junto a los campeones del mundo Marchena y Capdevila. Porque sí, la estrella del Mundial también brilla en los clubes, el Villarreal entre ellos. Por eso, hay argumentos suficientes para que el Dnepr no se atragante y quede hoy casi liquidado.