La clase de Sneijder y el gol de Etoo elevan al Inter

Se chocaron dos trenes de alta velocidad durante 90 minutos, dos retoños futbolísticos de José Mourinho que se disputaron balones con la furia de las criaturas míticas de algunos anuncios famosos de televisión. Todo un espectáculo físico, saltaron chispas, y se notó muy poco la mano de Carlo Ancelotti, que se supone que es el más fino de los dos entrenadores.

La versión azul del Mourinhismo (Chelsea) no supo llevar la iniciativa y se dedicó a buscar a Drogba. Empezó a combinar más al inicio de la segunda parte, pero se sintió más cómodo con transiciones rápidas. La versión blanca (Inter) no llegó al área contraria muy a menudo en la primera mitad, pero parecía estar cómodo con la pelea. Los tres delanteros en el equipo italiano tenían varias obligaciones sin balón y se entregaron en cuerpo y alma a su causa: Etoo apareció por la derecha, por la izquierda y en su propio campo para recuperar la pelota o para crear.

Poco a poco el Inter, convencido de lo que hacía, se aprovechó de las pocas luces de un Chelsea acelerado y empezó a encontrar a Sneijder que, a su vez, descubría socios por delante. Milito, Etoo, Lucio y Pandev tuvieron ocasiones que no supieron aprovechar y, entre sustos y ante una defensa muy bien plantada, el Chelsea se olvidó de que un gol le bastaba, siguió haciéndolo todo a la velocidad de la luz. Se veía venir y el camerunés dio la victoria al equipo que chocó mejor y que, además, leyó mejor el partido. Cayó el Chelsea, pero su segunda versión sigue en la competición.

Ancelotti "Nos ha faltado continuidad"

"Nuestro gran problema ha sido el trabajo que han realizado en el centro del campo Pandev y Etoo, que han taponado bien nuestra salida del balón. A nosotros nos ha faltado mucha continuidad y el triunfo del Inter es merecido. Es un gran disgusto salir así de la Champions".

Mourinho "Soy el técnico más feliz"

"Soy el técnico más feliz del mundo. Stamford Bridge es, de veras, mi casa. Se ha visto a un Inter perfecto. Es un gran momento para todos los jugadores, que año tras año veían casi imposible pasar la barrera de los octavos. Nunca antes he celebrado tanto una victoria".